Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

El espejismo de Venezuela

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional07-12-2015

Se viven días históricos en Venezuela. La oposición ha conseguido vencer al chavismo y obtiene una amplia mayoría en la Asamblea Nacional. Aun así, aunque sorprenda, la alegría por el resultado electoral puede convertirse en un espejismo. Algo similar a lo que le ocurre a los que vagan por el desierto, y que, en su desesperación, son felices mientras divisan el oasis y se dirigen hacia él. Cuando creen alcanzarlo, este desaparece.

Es cierto que la oposición ha desarrollado una gran labor durante los últimos meses, ha soportado presiones y ha sabido recuperar una fuerza que había perdido (o le habían arrebatado). Sin embargo, también es de esperar que Nicolás Maduro no se quede con los brazos cruzados ante la nueva situación política.

Coacciones, generar miedo en la población (diciéndole que se va a perder lo conseguido hasta ahora), ataques, represión, encarcelamiento de opositores, cambios en las leyes para beneficiar al presidente... ninguna de estas medidas ha conseguido aplacar el ansia de los venezolanos por la oposición y por castigar al Gobierno.

El presidente de Venezuela le ha visto las orejas al lobo. Sabe que tiene que actuar para evitar que se repitan hechos como los de estas elecciones parlamentarias, y, sobre todo, maniobrar para conservar el poder, que al fin y al cabo es lo que le interesa.

Al fin y al cabo, el Gobierno venezolano y los principales dirigentes de sectores afines han encontrado en el chavismo un modo de vida. Después de casi dos décadas haciendo y deshaciendo a su antojo, es lógico que no quieran renunciar a sus privilegios.

Ahora se va a ver la verdadera cara de Nicolás Maduro y del chavismo, y si realmente se deben tanto al pueblo como dicen. La dignidad se demuestra en las derrotas y en la forma de afrontarlas. Lamentablemente, no sería de extrañar que Maduro usara la violencia para aferrarse al poder, a través del Ejército o alentando a los grupos chavistas.

Ojalá no suceda, pero, por si acaso, nunca está de más recordar que cuando uno recurre a la violencia para mantenerse en el cargo, tiene muchas posibilidades de acabar siendo una víctima de ella.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD