ANÁLISIS DE LA SEMANA
Bodas, bautizos y elecciones
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional15-09-2002
Cuando tan sólo han pasado unos días de la fiebre del 11-S el mundo se recupera con el temor de un nuevo virus. EE.UU. y Reino Unido lo tienen muy claro, ya planean cómo y dónde y, sobre todo, ultiman el cuándo. Un texano y un inglés apuntan ya con la mirada a falta de una resolución de la ONU que legitime o justifique el ataque a Irak. El inglés y el texano, tanto monta monta tanto, aseguran tener pruebas del rearme irakí pero las declaraciones de un antiguo inspector de la ONU siembran la duda sobre la posibilidad de que el Régimen de Sadam esté activando su maquinaria bélica. Mientras Bush y Blair terminan los preparativos de la boda, los invitados europeos y el resto de la comunidad internacional se debaten entre el chaqué o el frac. Aznar ya ha pensado en volver a utilizar el traje de la boda de su hija, del mismo diseñador que Blair, y asegura que apoyará a EE.UU. aun sin una resolución de Naciones Unidas. A Haider parece que los próximos comicios alemanes le han dado un poco de envidia y se ha propuesto celebrar elecciones anticipadas. Bromas aparte, no es que al presidente le haya salido la vena infantil ahora; ni mucho menos; el Gobierno de coalición austriaco se ha disuelto y es por esto que en Austria se preparan ya para una cita ante las urnas a finales del próximo mes de noviembre. Oriente Medio se dispone una vez más a dar el que podría ser el último paso de un conflicto histórico: el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, ha anunciado la celebración de elecciones generales a principios del año que viene. El 20 de enero de 2003 los palestinos acudirán a los colegios (electorales, por supuesto) para ver si les dejan ir a la Universidad. Otra vez en Europa, las elecciones en Alemania están ya al caer y escasos días antes de los comicios berlineses (el próximo 22 de septiembre millones de alemanes acudirán también a las urnas) el último debate televisivo entre Schröder y Stoiber le otorga una ventaja considerable al actual canciller sobre el aspirante bávaro. En Alemania está, pues, por ver quién llevará las riendas del país esta legislatura pero en Colombia, Álvaro Uribe ya lleva poco más de un mes en el cargo persiguiendo con mano dura a los grupos guerrilleros que tanto desestabilizan el país. Su última decisión: crear zonas militarizadas y emprender detenciones sin necesidad de una orden judicial. Ya ven: unos de boda, otros a las urnas y otros a donde les dejan.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD