ROJO SOBRE GRIS
Dejarte tocar
Por Amalia Casado1 min
Opinión30-08-2015
Quiere acabar con la oscura maldición que se cierne sobre su pueblo, y descubre que él es su causante. Los dioses lo castigan. Ha matado a su padre y se ha casado con su madre. Sin saberlo. Sus cuatro hijos son también sus hermanos.
Cuando descubre la verdad, se arranca los ojos. Morir sería poca pena y cobarde.
Es la historia de Edipo, del Rey Edipo, "del pobre Edipo", dijo mi hermana en una exclamación rápida cuando salíamos del teatro de Mérida. Al escucharla decir aquello, me di cuenta de que ella había participado con una sinceridad maravillosa, como quien presencia expectante la vida y se juega la suya allí.
Al teatro no se va a ver una obra. Al teatro se va a vivir, a vivirlo, a que te viva. A dejarse tocar, afectar, y poseer. Es entonces cuando podemos exigirle que nos arrebate para elevarnos, para densificarnos, para darnos la vida de las palabras grandes, auténticas y verdaderas.
No es teatro cualquier palabra sobre un escenario: rojo sobre gris al que posee la fuerza que nos transforma, nos da vida, y nos hace viajar hasta nosotros mismos: hasta nuestras preguntas; hacia la respuesta.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo