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SIN CONCESIONES

Postureo electoral

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión25-06-2015

Postureo es una palabra de moda, pese a no significar nada de manera oficial. No está reconocida por la Real Academia de la Lengua pero está en boca de todo el mundo. Es tan sencilla de entender que cuesta imaginar que no esté aceptada por el diccionario. No hace falta, especialmente cuando los maestros y doctores de nuestro idioma a veces admiten vocablos absurdos e inútiles. Postureo viene a ser el sustantivo de la perífrasis poner posturas o, dicho más elegante, la acción de comportarse con una apariencia distinta a la propia de uno mismo. El postureo está de moda, por ejemplo, en la política. Pero ahora que se aproximan las elecciones generales el postureo es casi un arte, una pugna entre rivales en la carrera hacia La Moncloa y una forma de camuflarse ante las masas para buscar el mayor número de votos.

Envolverse en una gigantesca bandera de España a la semana siguiente de pactar con independentistas es puro postureo. Resulta de lo más incoherente que un sábado hagas alcaldesa de Badalona a una candidata a favor de la secesión catalana y que al domingo siguiente intentes presentarte como el adalid de la unidad nacional y la convivencia cívica ante 32 millones de españoles con derecho a voto. Pedro Sánchez es puro postureo con su camisa blanca, voz engolada y esa cara de yerno estupendo que no ha roto un plato en la vida. Postureo de arriba a abajo, aunque ya ha hecho más por la unidad del país en su primer día como candidato a la Presidencia del Gobierno que su antecesor José Luis Rodríguez Zapatero en once años al frente del PSOE.

Cambiar a la mitad de la cúpula de tu partido para aparentar renovación y rejuvenecimiento es postureo elevado a la enésima potencia. Nada más sencillo y a la vez más complicado para quien sufre al cesar a Carlos Floriano y Esteban González Pons tras una perdida brutal de poder en las urnas. Mariano Rajoy, de quien dicen que nunca decide nada, ha sustituido nada más y nada menos que a dos de sus vicesecretarios generales y ha nombrado otros dos nuevos. Cambiar a cuatro dirigentes en absoluto es postureo pero cuando cambias experiencia por juventud para simular renovación y modernidad al estilo de formaciones como Ciudadanos y Podemos el postureo resulta evidente. Cuando el castigo recae sobre dos cabezas de turco para evitar que a uno mismo le apliquen la guillotina el postureo es aún más evidente.

El postureo viene a ser como disimular y aparentar lo que uno no es. En ocasiones, por exageración y, en otras, por maldita mentira. Moderar el discurso y llamar a la conciliación desde ideologías extremas como Podemos es el mismo postureo aplicado a lo largo de la Historia por célebres dictadores y tiranos de la peor calaña. Empujar a un pueblo hacia el acantilado de la independencia es postureo, aunque en el caso de Artur Mas debería llegar a delito de estafa cuando se prolonga en el tiempo con tal de amparar el delirio de un solo gobernante. Pactar con el PSOE en Andalucía y con el PP en Madrid es un ejercicio de postureo de la centralidad que intenta demostrar Albert Rivera, aunque la lógica y el sentido común amparen sus planteamientos.

En definitiva, el postureo está de moda y su imitación será creciente hasta las elecciones generales de otoño. Los líderes políticos abrazan el arte de aparentar con la complicidad de los medios de comunicación, cada vez más banalizados y pendientes de lo accesorio en vez de atender lo esencial. El postureo es la enfermedad de los superficiales, de los pelotas, de los cortoplacistas y, en general, de la sociedad evanescente de este siglo XXI. Tanto postureo parece propio de un carnaval o de un circo. El ser o no ser que Shakespeare escribió en Hamlet ha pasado a la historia en favor del dilema ser o parecer, en el que la apariencia gana cada vez más peso frente a la verdad de lo intrínseco.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito