ANÁLISIS DE ESPAÑA
Sobre el estado del bipartidismo
Por Alejandro Requeijo3 min
España23-02-2015
Se cuela estos días en algunos discursos parlamentarios una metáfora pugilística para desnudar al bipartidismo a cuenta de sus últimos coqueteos, por ejemplo, en materia antiyihadista. Y curiosamente el comentario no hace referencia a tirar la toalla, sino a dos boxeadores que parece que se pegan, pero en realidad lo único que hacen es abrazarse el uno al otro para no caerse. A pesar de que Pedro 'El Cerrajero' Sánchez ha demostrado tener un buen gancho de izquierda hasta ahora desconocido. A pesar de que Rajoy ha forjado su carrera en la capacidad para dejar que corran los asaltos recibiendo golpes hasta que sus rivales caen por agotamiento sobre la lona como hacía Homer Simpson cuando se metió a boxeador guiado desde la esquina por Moe Szyslak, que es como un Arriola cualquiera, pero en lugar de encuestas, con un tarro de huevos en salmuera debajo de la barra. Para Rajoy dejar que pase el tiempo es casi una cuestión de estilo y si no desvela quiénes son sus candidatos para las municipales y autonómicas no es porque tenga dudas, sino porque no le da la gana. Aún quedan asaltos por agotar.
En medio de ese treatrillo pp-psoe irrumpe ahora a guantazos disfrazado de púgil Pablo Iglesias desde las páginas de la Vanity Fair, que no es la Vogue, pero tampoco el Mundo Obrero que se diga. El boxeo también es una cuestión estética (no siempre bella) y en un ring Iglesias no da el perfil. La coleta y la perilla pegarían más con un traje de esgrima y un florete. En la otra esquina pide paso Ciudadanos cuyo último jab serio ha sido un paquete de medidas económicas que de entrada han conseguido algo muy valioso: que el PP les ataque en lugar de llamarles friquis. Aunque sea reivindicando (otra vez) que fue Rajoy quien evitó el rescate y haciendo énfasis en que Albert Rivera parece el yerno que todas la suegras quieren tener, pero en realidad es... ¡catalán! Ese es el nivel. El PP vivía ligeramente tranquilo con la irrupción de Podemos, pues entendía que el miedo movilizaba a los suyos mientras dispersaba el voto rival en la izquierda, desangrando aún más si cabe al PSOE. Pero ahora con Ciudadanos es como si al PP le hubiese salido un Podemos en casa y por eso andan inquietos. No en vano, Rivera estuvo en las Nuevas Generaciones del PP y hoy Ciudadanos tiene pinta de que va a barrer del mapa a los populares en Cataluña. Eso sí es un caballo de Troya y no el de Tania Sánchez.
Hechas las presentaciones, lo cierto es que la mitad de las opciones que los españoles votarán mayoritariamente en las próximas generales no están representados en el Debate sobre el Estado de la Nación que, por primera vez, tiene el mismo interés por lo que se dice fuera del hemiciclo que por lo que se dice dentro. Es más un Debate sobre el Estado del bipartidismo en el que muchas de las cosas que se dicen y que se obvian tienen un evidente destinatario extramuros. El presidente del Congreso podría hacer una excepción y crear la figura de grupo parlamentario invitado para que Iglesias y Rivera vayan dejando la forma del culo en el escaño y eligiendo los estores para el despacho.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio