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Análisis de Deportes

Los engaños del Balón de Oro

Fotografía

Por Javier BirlangaTiempo de lectura3 min
Deportes13-01-2015

¿Es el Balón de Oro un premio justo? ¿Tiene sentido que las votaciones finales se basen en el capitán de las selecciones, el seleccionador y un representante de los medios de comunicación? ¿Hay algún premio justo? ¿Es posible la imparcialidad en los premios? Todas las respuestas excepto la última son no. ¿Cuál es la clave para cambiarlo? Una que nadie quiere ver.

El Balón de Oro es un premio que debería premiar al jugador que ha sido mejor en el año en el que se otorga el premio. No es un galardón al mejor futbolista del mundo. ¿Ha sido Cristiano Ronaldo el mejor jugador de 2014? Seguramente sí. Aunque el portugués no estuvo fino ni en el Mundial de Clubes, ni en la final de la Champions ni pudo estar en la final de la Copa del Rey, donde sí ha sido el mejor es en el camino a todos esos títulos.

No obstante, hay que dejar claro que el Balón de Oro tiene tres connotaciones injustas que deberían cambiar si quieren que la gente no termine de hartarse de él. El primero de ellos es el dominio de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi en estas galas. Siempre están entre los tres finalistas. Es evidente que son los dos mejores jugadores del mundo, pero no siempre están entre los tres mejores del año. Sin embargo, su mediacidad prima por delante del hecho objetivo de que otros futbolistas merecían estar antes que alguno de ellos. Primer grave error.

La segunda situación que hay que cambiar es el hecho de que los votos sean tan restringidos. La votación debería ser Mundial y libre para todas las personas que quieran hacerlo. Esa es la única manera de la votación sea absolutamente imparcial. La parcialidad de todos logra la imparcialidad. Lo que hay ahora es un premio que otorgan tres personas de cada país, algo muy parcial.

La tercera y última injusticia que hay que cambiar es el hecho de que la FIFA premia mucho más a los jugadores que han realizado un buen papel en sus torneos que en el resto de temporada. Dicho de otra manera, hay jugadores que en año de Mundial pueden tirarse once meses a un nivel normal, pero si hacen un Mundial espléndido tienen muchas opciones de estar entre los mejores del año. El Mundial es un campeonato importante, pero no hay que volverse locos.

Estas tres cosas se ven reflejadas claramente en la gala de este año. Sin la mediacidad, Lionel Messi no hubiera estado entre los tres mejores; ni Iniesta entre los tres mejores centrocampistas del mundo y Cristiano Ronaldo no hubiera ganado con tanta diferencia. Si las votaciones fueran más abiertas, habría jugadores de otras confederaciones que tendrían opciones de llegar lejos en las votaciones, pero ahora es prácticamente imposible que el Balón de Oro no salga de Europa. Por último, si los torneos FIFA no tuvieran tanta relevancia, Courtois, Godín, Sergio Ramos, Simeone, Modric, Di María, Hazard o Diego Costa hubieran tenido un papel mucho más protagonista que Neuer, David Luiz, Thiago Silva, Löw, Kroos, Mascherano o James Rodríguez.

Cada uno tiene el derecho de creer en lo que quiera y de pensar que este premio es más o menos injusto. Pero si de verdad alguien considera que ha habido 22 jugadores mejores que Sergio Ramos en 2014 o que, exceptuando Diego Costa, ningún futbolista del Atlético de Madrid merece estar entre los 23 finalistas, para mí está equivocado.

Fotografía de Javier Birlanga

Javier Birlanga

Director de Deportes de LaSemana.es

Graduado en Periodismo por la UFV

Redactor de Deportes en Cadena SER

He trabado en MARCA y Radio Marca