ANÁLISIS DE ESPAÑA
Una historia de Vallecas
Por Alejandro Requeijo3 min
España24-11-2014
Se llama Carmen y no tuvo la suerte de nacer en una familia que le diese 16 apellidos y otros tantos títulos nobiliarios. Se llama sólo Carmen Martínez Ayuso y tiene 85 años. La mayoría de ellos levantándose a las seis de la mañana “para recoger la espiga” o trabajar como limpiadora en el barrio madrileño de Vallecas. No tuvo otra opción. Allí vive desde hace 60 años, en una casa pequeña, humilde. Carmen es una de esas madres, abuelas que han contribuido a que este país no se vaya definitivamente al carajo. Son muchas las familias azotadas por la crisis o el paro que aguantan gracias a la pensión del abuelo. A duras penas, pero van tirando. El pisito de Carmen sirvió de aval para un préstamo que pidió su hijo. La casa donde vivió con su marido ya fallecido, donde crió a sus hijos, donde ve crecer a sus nietos y bisnietos. Medio siglo de vida y de recuerdos. Pero su hijo no pudo pagar la deuda y Carmen fue desahuciada. Así de simple, así de rápido. Carmen es un caso más dentro de esta España pendiente ahora del salto a la televisión del pequeño Nicolás, quien como el personaje de Sacristán en El viaje a ninguna parte inunda su relato de batallitas sin distinguir ya entre la verdad y sus propias ensoñaciones. Tan sólo era un extra que servía de atrezzo necesario a la España de las cacerías púnicas, las comisiones, los padrinos y los recomendados. La España del “dientes, dientes, que es lo que les jode”. La España que descansa el fin de semana asistiendo al enésimo récord de Messi y la futura escudería de Fernando Alonso. Es la España en la que aún hay 70.000 personas que dejan lo que estén haciendo para despedir a Cayetana Fitz-James Stuart, la Duquesa de Alba, desgraciadamente fallecida a los 88 años de edad, tres más que Carmen. Ella sí tuvo tiempo para elegir la vida que le diese la gana vivir. Y eligió vivir a tope, alegremente. En realidad, a ella tampoco le quedaba otra opción. 70.000 personas, insisto. Si se aplicase la fórmula Lola Flores, con medio céntimo de cada una de esas personas se solucionaría el calvario de Carmen y su familia. Pero ¿quién es Carmen al lado de toda una Duquesa que tanto hizo por ellos? Cuando pasan esas cosas me acuerdo de aquella película, Una historia del Bronx, seguramente la única sobre mafia en la que Robert de Niro no hace de mafioso, sino de honrado conductor de autobús. Una extravagancia del director, que es el propio De Niro. Algo así como poner a Cristiano Ronaldo de lateral derecho. En esa película, uno de los protagonistas abronca a un joven por obsesionarse con un cromo de su deportista favorito. Le pregunta qué ha hecho el tipo de ese cromo por él y le reprocha que su héroe no sea su padre, a quien de verdad debe todo lo que tiene. A Carmen, una heroína, no fueron a apoyarla 70.000 personas sino un convoy de coches de Policía siguiendo las órdenes de un juez. Pero finalmente no se quedará en la calle porque la plantilla del Rayo Vallecano decidió mojarse con una vecina del barrio y poner de su bolsillo. De manera desinteresada. Sin que nadie les llamase. El club, entre los tres más pobres de primera división, se ha comprometido a pagarle el alquiler mientras lleguen las ayudas. Una historia de Vallecas que deja un buen puñado de lecciones.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio