EL REDCUADRO
Los nuevos tontos
Por Antonio Burgos
3 min
Opinión26-10-2014
Conchita Campmany no me dejará por embustero si digo que el genial Jaime, el inolvidable hermano mayor de la Cofradía de la Columna a quien los lectores de ABC aún seguimos echando de menos, dejó una manda testamentaria en la que me encargaba que siguiera poniendo al día su nómina de tontos, en los que era como un Linneo de la estulticia patria, pues se sabía todas sus clasificaciones y divisiones entomológicas. Cumplo gustoso el encargo póstumo del maestro Jaime Campmany y trato de poner al día el Elenco de Tontos del Reino. Las clasificaciones y categorías de tontos que hasta ahora veníamos usando, muchas de ellas de autoría campmaniana, se nos han quedado desfasadas. Usábamos como recordarán, y entre otras, las categorías des tontolaba, tonto del carajo, tonto de cojones, tonto contemporáneo, tonto de remate, tonto de solemnidad, tonto a más no poder, o aquella aportación que hice a la Estultología patria, tan celebrada y comentada en todos los congresos de la especialidad: el tonto con balcones a la calle. A nuevos tiempos, nuevos tontos. Le pasa al tonto como a la materia y al gorrón: el tonto no se crea ni se destruye, sino que se transforma. Va adaptándose a las necesidades de su tiempo y tomando nuevas formas. Unas, clásicas a más no poder, como el Tonto Desde Que Sus Padres Eran Novios, genial clasificación cuya autoría tengo el honor de reconocer en el sabio cronista don Carlos Navarro Antolín, especialista en la actualización de los que otro ingenio de esta Corte sevillana, Micer Francisco Robles, estudió y clasificó en su ya clásico tratado "Tontos de Capirote", donde pueden encontrar perfectamente ordenados y definidos los que pululan por el mundo de las hermandades y cofradías. - En esta moda de los chefs, los superchefs y la leche que maméf he encontrado que ha aparecido, con rápida y profusa multiplicación, un nuevo tonto, de gran éxito social y mediático: el Tonto a las Finas Hierbas. Como las setas y gurumelos en este tiempo otoñal surgen tontos de nueva planta en ese mundo de las tomaduras de pelo de la nueva cocina, los platos cuadrados y grandes, las raciones carísimas y mínimas y los camareros de luto riguroso por la muerte de Brillat Savarin. En ese mundo, como digo, hay también Tontos a la Reducción del Pedro Ximénez y Tontos sobre un Lecho de Frutas del Bosque. Compiten con los Tontos con las Frutos de la Huerta de su Puñetera Abuela. Todos estos son los frescos. Los congelados son los Tontos Pescanova o los Tontos Frudesa. Auténticos, de buenas marcas, o Tontos de Marca Blanca, de los que los Tontos Hacendado y los Tontos Bosque Verde son las principales variedades. El mundo de las nuevas tecnologías nos ha dado también multitud de variedades de tontos hispánicos hasta ahora desconocidas. Ahí tienen, sin que nadie lo haya valorado suficientemente hasta ahora, el Tonto de Banda Ancha, que no hay que confundir con el Tonto con Wifi Gratis y mucho menos con el Tonto con Contraseña Encriptada, que son los antiguos Tontos de la Secreta, que nadie sabían que eran tontos hasta que se presentaba la ocasión de que pegaran el gran pajarazo ante el mundo y los caláramos. Por no citar al Tonto con Red Social, en sus dos modalidades: el Tonto de Twitter y el Tonto de Facebook. Y sin olvidar al Tonto Reseteado. O al Tonto Tres Punto Cero. Aunque el papel se me está acabando, no debo olvidarme del Tonto Solidario, de gran predicamento social. Ni del de la Tonta de ONG, que suele irse a África en gran clase y con "resort" de 5 estrellas para hacerse un reportaje con los pobrecitos niños negros, que le paga religiosamente el "Hola". ¿Quiénes pertenecen a cada grupo? Ah, les dejo como entretenimiento dominical el relleno de nombres apropiados para cada Denominación de Origen Tonto. Que no tiene nada que ver con las gaditanas Denominación de Origen Carajote o Denominación de Origen Polvorón en Todo lo Alto. Que ustedes los clasifiquen bien...
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor