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ISLOTE PEREJIL

Perejil, tierra de nadie

Por Cristina CasaresTiempo de lectura2 min
España20-07-2002

Arbustos y rocas han sido los únicos habitantes del islote Perejil desde hace ya varias décadas. A partir del 11 de julio de 2002, este trozo de tierra en medio del Mediterráneo se ha convertido en el centro de la polémica entre España y Marruecos. Pero ni los mapas políticos ni los atlas geográficos se ponen de acuerdo al otorgar la soberanía a uno de los dos países.

Entre las puntas de Almanza y Leona, en el continente africano y cerca de Ceuta, se encuentra la isla de Perejil. Una gran desconocida de apenas 1.600 metros de longitud que hasta ahora sólo tenía como visitantes a pescadores, contrabandistas y algún que otro aficionado al submarinismo. La llegada de soldados marroquíes a sus costas y la bandera de Marruecos ondeando en lo más alto de la isla han agravado el conflicto diplomático que ya vivía España y este país africano por la llamada a consultas, el pasado otoño, por parte del gobierno marroquí de su embajador en España. Según el diario El País, ni siquiera mapas y atlas coinciden en que Perejil pertenezca a uno u otro país. Este periódico afirma que un mapa del Servicio Geográfico del Ejército de 1988 y 1994 atribuye la isla a Marruecos. Y el Atlas Nacional de España, de carácter oficial, ofrece diferentes versiones en función de la edición. Pero lo que sí es unánime es que entre 1415 y 1581 Perejil fue portugués y luego pasó a manos españolas junto con Ceuta, ciudad de la que el islote ha sido siempre integrante. Esta posesión se ratificó en el Tratado Hispano-Portugués de 1668. Algunos países como Gran Bretaña o Estados Unidos han intentado conseguir la soberanía por la situación estratégica de la que goza la isla. A partir de 1912 y hasta 1956, Perejil se convierte en protectorado español. Las actuales autoridades marroquíes sostienen que al finalizar el protectorado la isla les volvía a pertenecer. Aún así, en 1963 el Espíritu de Barajas daba la concesión de statu quo a la isla de Perejil. Es decir, que esto suponía que ni España ni Marruecos podrían poseer dotaciones militares permanentes en el islote. En los años 60 un destacamento español de la Compañía del Mar abandonaba la isla Perejil y ya han pasado a ser los “penúltimos” ocupantes de este pedazo de tierra.

Fotografía de Cristina Casares