ANÁLISIS DE LA SEMANA
Problemas y ¬soluciones¬
Por Raquel González2 min
Economía14-07-2002
Cuando hay que tomar medidas punitivas para que alguien cumpla el papel que la sociedad le ha encomendado, es que vamos mal. Y sí, vamos bastante mal, empresarial y moralmente hablando. Desde hace tres semanas el mundo de las empresas se viene agitando. Ya se sabe lo que ocurre después de la tempestad, pero como parece que esa calma está un poco lejana, se han empeñado en provocarla. Porque las prácticas de fraudes empresariales tienen consecuencias negativas no sólo para las empresas que las protagonizan, si las pillan, claro. Como consecuencias ha tenido el 20-J, ese que según algunos no había existido. Juan Carlos Aparicio, el entonces ministro de Trabajo, ha quedado borrado del mapa. Eduardo Zaplana ha llegado “ilusionado” desde una tierra mítica para intentar arreglar algo, pero lo tiene realmente difícil, ya que los sindicatos no se acaban de creer nada y piensan que el movimiento de Aznar es un lavado superficial de cara, nada más que eso. La semana fue peliaguda para muchos ministros que han visto cómo ÉL les hacía caer en desgracia. Rodrigo Rato, ministro de Economía, ha sido uno de los pocos que se ha quedado igual y encima los datos del IPC han ratificado, al menos durante el pasado mes, su gestión. Miguel Arias Cañete, de Agricultura, también mantiene su puesto, pero la pasada semana no fue del todo tranquila para él, ya que la reforma agracia le ha complicado algunas jornadas, y las que le quedan, porque ha augurado una larga y complicada batalla contra Europa. La UE no quiere pagar más subvenciones y España, junto con otros países europeos, no quieren dejar de recibir sus aguinaldos. Difícil solución. Cañete se mantendrá en su puesto luchando en dos frentes: el de los peces y el del campo.