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EL REDCUADRO

Días de las FF.AA.

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura2 min
Opinión14-07-2002

Creímos que la OTAN era el paraguas que nos protegía y comprobamos con la bandera alauí que te vi en Perejil que es nuestro paraguas, pero como el del chiste de los bancos: el que te dan cuando hace sol y te quitan cuando llueve. Con los chuzos de punta que están cayendo en el Estrecho, no tenemos el paraguas de la OTAN, que ha demostrado ser también como la póliza del seguro multirriesgo de hogar. Cada vez que se rompe el bajante comprobamos que no lo cubre el seguro. El bajante del Perejil no lo cubre el seguro de la OTAN. Pues mejor. Porque así, por fin, estamos celebrando un continuo Día de las Fuerzas Armadas. Dijeron que el último desfile del Día de las FF.AA. fue aquel de Madrid al que acudió Aznar con su gabardina de Casablanca, mientras el Rey se mojaba a cuerpo gentil con su uniforme de capitán general. El último Día de las FF.AA., ya sin desfile y sin cadetes de las Academias ligando en Madrid, se ha celebrado como aquí se estila en lo relativo a la idea de Patria: lejos y a cencerros tapados, en el distante campamento de una misión humanitaria de paz. Por eso ha venido muy bien la invasión de ese islote como de dibujo de tebeo con náufrago, no sé si de Ibáñez o de Vázquez, para la divulgación de la idea de unas Fuerzas Armadas constitucionales y democráticas. Ni en el mejor desfile del Día de las FF.AA. hemos podido enorgullecernos en democracia de ver desfilar por el Estrecho esas unidades de la Armada, esos contingentes de tropas, ya gloriosamente profesionales. Y hemos conocido mejor a los ciudadanos que sirven a la Constitución en su profesión militar. Le agradezco al Rey Moro que nos haya invadido Perejil, porque así he tenido el gusto de conocer a un símbolo de los militares españoles, como capitán de fragata don Gonzalo Rodríguez Garat, comandante de la Navarra desplazada hasta Ceuta. Vestido con un uniforme muy de esa OTAN que nos quita el paraguas cuando más lo necesitamos, este marino ha dado la verdadera imagen de los profesionales de las Fuerzas Armadas. Cuando esperábamos oír el ardor guerrero y patriotero del discurso sobre la unidad indisoluble y etcétera, escuchamos la prudente serenidad de un marino que se expresaba con la mesura de un diplomático, con el convencimiento democrático de un diputado y... con la firmeza de un capitán de fragata, con su pedazo de coca en las hombreras. Y quien dice Rodríguez Garat dice el capitán de corbeta don Aurelio Matos, comandante de la Cazadora, o don Ramón Godín, el de la Infanta Elena. Tres marinos que han hecho por la divulgación de unas Fuerzas Armadas constitucionales y democráticas más que muchos desfiles topiqueros de "Banderita, tú eres roja, banderita, tú eres gualda". Dejando además bien claro que esa bandera es roja y es gualda, pero saludándola desde el portalón Constitución en mano.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor