ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Los niños palestinos se hacen pis
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad15-07-2014
Desde hace varias generaciones los niños de Gaza se hacen pis en la cama. Por el día juegan a la pelota, como si el Mundial de Fútbol de Brasil se hubiese disputado en el mismísimo territorio palestino, pero al escuchar los disparos, las sirenas, los aviones y los helicópteros, sus ojitos oscuros se barnizan con una lágrima que no llega a cruzar sus mejillas. Han sido testigos de atrocidades que ningún niño debería presenciar. Y, cuando cae la noche, se hacen pis en la cama. Es un síntoma del estrés que causa tanto dolor difícil de asimilar en una contienda que hace mucho tiempo que entró en bucle. Pero, lo peor, además del sufrimiento de inocentes como los pequeños palestinos (en este conflicto también hay inocentes en el lado israelí) es que en ambos bandos siempre hay alguien dispuesto a dinamitar la mínima posibilidad de paz que pueda esbozarse en el horizonte. Las conversaciones, los acuerdos y los buenos propósitos siempre acaban siendo papel mojado. Quizás, como insta el Papa, sólo quede rezar anta tanta cabezonería irracional. Es más. También esos niños que se hacen pis en la cama son utilizados como arma de propaganda y de guerra en esta lucha fraticida que tanto dolor ha causado en Oriente Próximo. Hay lugares -blancos y puntos estratégicos de ataque a todas luces- donde los niños no deberían estar. En ese otro mundo que se ha pasado semanas entretenido con el circo brasileño, pensando en las vacaciones estivales, en la campaña electoral estadounidense, en reyes y princesas, y dirigentes de partidos políticos, apenas llega la noticia de que los niños palestinos se hacen pis en la cama porque en la última semana la pesadilla de la guerra ha vuelto a sus noches. La Organización de las Naciones Unidas lo dice de otra forma. Los más recientes ataques de Israel en Gaza han provocado casi 180 muertos y unos 1.200 heridos. La gran mayoría de éstos son población civil. Uno de cada cinco son niños. Muchos pequeños que no están entre estas cifras también son víctimas, pues se hacen pis en la cama.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo