ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Normandía, el día de...
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional09-06-2014
El desembarco de Normandía cambió el rumbo del mundo. En plena Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se involucró de forma decisiva para dar un vuelco a la contienda y hacer que la victoria se decantara del lado aliado. Quienes tanto critican a EE.UU. deberían estar agradecidos por implicarse a fondo en un conflicto de tales dimensiones y con tan elevado coste, tanto económico como en vidas de soldados estadounidenses. Este año, la reciente conmemoración del 70 aniversario del famoso desembarco ha sido especial, y no solo por alcanzar esa cifra redonda. También porque ha servido para recordar que el ser humano debe evitar a toda costa cualquier guerra y mucho más como aquella. Y esto es muy importante, especialmente, en un momento en el que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia están muy tensas por lo que ocurre en Ucrania. Por eso, la celebración del "Día D" se convirtió en el "día de...". El día de homenajear a todos aquellos que lucharon por liberar a Europa del nacional-socialismo de Hitler, el día de poner las bases para alcanzar un acuerdo en el conflicto ucraniano, el día de que Vladímir Putin y Barack Obama se vieran las caras, el día de que se apostara por la diplomacia internacional... En plena crisis ucraniana, después de que Rusia absorbiera Crimea y de las recientes elecciones presidencias en Ucrania, Putin se reunió con su nuevo homólogo ucraniano, Petro Poroshenko. El encuentro fue breve e informal, pero constituyó toda una declaración de intenciones para resolver sus diferencias y un reconocimiento tácito ruso de los comicios. Es cierto que queda mucho camino por recorrer hasta que ambos países normalicen sus relaciones, pero también lo es que ambos tienen históricos lazos comunes. Por si fuera poco, Putin y Obama también aprovecharon la ocasión para tener un encuentro e intercambiar impresiones. Ambos representan a dos potencias mundiales, con armamento nuclear, y con notables influencias sobre terceros. Por tanto, es fundamental, por el bien de todos, que tengan relaciones cordiales, de cooperación y constructivas, pese a sus diferencias. Es de suponer que no lo han olvidado, pero no está de más recordar que después de la alegría de Normandía vinieron décadas de tensión bipolar con la Guerra Fría.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD