ANÁLISIS DE CULTURA
La caja está cerrada
Por Marta G. Bruno2 min
Cultura02-10-2013
Corre tras ella cual cazador con su escopeta apuntando al ciervo. Casi se le escapa, pero por fin se hace con el animal. Se ha intentado esconder tras los troncos más robustos, pero de nada le sirve porque el ser humano se siente más poderoso con un arma debajo del brazo. El Gobierno es un cazador valiente porque tiene dos armas. Con una aniquila al ciudadano robándole directamente de los bolsillos con una vía rápida llamada impuestos. Con otra devora al fantasma que trafica con material audiovisual o con el que pretende repartir por la red libros en PDF. Quiere terminar con la sangría que se traduce en que el sector del libro dejó de ganar 350 millones de euros en 2012. Pero a la vez desnuda al consumidor. El mercado del libro luce el primero de la industria cultural en España. Pero el año pasado facturó un 10,9 por ciento menos. Y aunque el 63 por ciento de los españoles asegura que lee (la media europea está en el 70 por ciento), más de la mitad confiesa que no paga. ¿Por qué? porque el Ejecutivo apunta con su escopeta para recaudar de manera silenciosa y poderosa. Porque el IVA del libro electrónico está en el 21 por ciento. Y los sueldos en picado, la cesta de la compra casi un 3 por ciento más cara y para el tema de la luz hay que dedicar un artículo entero y un riñón para poder pagarla. “No hay dinero”. Con esta frase tan escueta, clara y sin dar lugar a réplica describía el ministro de Hacienda la situación de las arcas públicas. Más de la mitad del dinero tiene el candado puesto. En 2014 habrá que pagar cada vez más pensiones, desempleados (un 0,1 por ciento menos, importante matiz) y sin olvidar los intereses de la deuda española, que se comen 36.000 millones de euros. Así las cosas, y como está la cosa mal, qué mejor que recaudar a base de fogonazo limpio cada vez que un español tiene la disparatada idea de ir al cine o comprarse un libro. Esta vez el teatro y la música salen mejor parados en las cuentas para 2014, pero las películas, las bibliotecas o la Real Academia Española sufrirán. El sector del cine anda que no levanta cabeza después de conocer los presupuestos. Ha pasado de la cultura de la subvención de Sinde a ver cómo la partida correspondiente cae de los 55,7 millones de euros del año pasado a los 50,84 de este. Lo denominan “falta de conexión ideológica”. Y así, gotita a gotita, todo se desvanece. El consumidor piratea porque no le queda otra. El cineasta vuelve a sus tiempos de Amateur, al de estrujarse la cabeza con los guiones para que no se note que los recursos son más bien pobres. Y el cazador tiene apuntada a su presa. De momento no se le escapa.
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Marta G. Bruno
Directora de Cultura de LaSemana.es
Licenciada en Periodismo
Estudio Ciencias Políticas
Trabajo en 13TV
Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press