El Redcuadro
El Papa Paco
Por Antonio Burgos3 min
Opinión17-03-2013
Hay que ver ingenio que la gente desperdicia o invierte, vaya usted a saber, en inventar sobre la marcha golpes de ingenio de los que vivirían en el extranjero muchos humoristas profesionales. ¿Cuántos chistes ha oído usted ya sobre el Papa? A mí no me sorprende la cantidad, sino la rapidez. Como en el chiste del mariquita que estaba en el frente, al que no le daban miedo las balas, sino la velocidad que traían. Gracias a estos inventos de las nuevas tecnologías hasta se le puede poner hora a la rapidez del ingenio sevillano aplicada al Papa, yo creo que muy cariñosamente. A veces, el chiste popular es como un homenaje. En Cádiz dicen que el que no sale en las coplas de Carnaval no existe. En Sevilla, al que no se le saca un chiste ni está ni se le espera. No acababa de cesar el humo blanco en la chimenea de la gaviota sobre el techo de la Capilla Sixtina ni terminado el repique de la Giralda anunciando el gozo, cuando, conocida la elección de Papa y sabido su nombre, comenzaban los teléfonos móviles con la guasa del WhatsApp. Echaban más humo que la mentada chimenea cuando largaba la jumarea de la fumata negra, con el otro chiste del Cónclave, esta vez gaditano, como si los cardenales estuvieran quemando neumáticos dentro de la Capilla Sixtina en protesta a lo Navantia por no haberse puesto de acuerdo en la mayoría de dos tercios. El extraño Cardenal Protodiácono acababa de decir en latín lo de Borgoglio y lo de Francisco y eran exactamente las 20,19 cuando recibí el primer WhatsApp: "Ahora Casa Paco se va a llamar Casa Papa". Y a las 20, 40, otro. No sé si sevillano o rebotado desde más allá de Despeñaperros, pues poco después lo volví a recibir incluso con imagen, como los tíos eligiendo papas con el escardillo de la foto-guasa del Cónclave: "Los de la Guardia Suiza son ya Los Hombres de Paco". Y a las 21,05, otro más, indefectiblemente sevillano: "Confirmado, el Papa se ha puesto Francisco por Curro Romero". Y a las 22,45: "Hay que ver lo que se parece este Papa al Padre Patero". Y a las 22,50, otro, quizá también de fuera de Sevilla, y hasta rezagado en la velocidad del ingenio, porque a aquella hora quedaba ya muy lejano el humo blanco de la sorpresa: "Como es argentino, tenían que haber anunciado Habemus Pampa en vez de Habemus Papam". Y más derroches de ingenio que seguirán. Por el teléfono o por el telégrafo de banderas de la conversación en la barra del bar a la hora del desayuno de mollete de Antequera con manteca, obviamente colorá como el ropaje de los cardenales. El A.A. de la Compañía, condiscípulo de Portaceli, me dice: "Siendo el primer Papa jesuita, tenía que haberse puesto Ignacio mejor que Francisco, por San Ignacio de Loyola, ¿no te parece? Pues nada, que guarde lo de San Ignacio para mejor ocasión..." Ya vienen por el llano los migueletes del anónimo humor sevillano, Paco, Paco, Paco, ven acá primo y siéntate aquí. Siéntate aquí porque esto de los chistes sobre el Papa Paco, lejos de parecerme irreverencia, sostengo que es cercanía y cariño. Paco se les llama a muchos curas queridos. Cura Paco es don Francisco de los Reyes, el gran párroco de San Lorenzo. Paco Navarro, mi compañero del colegio de la Doctrina Cristiana, es el párroco de Los Remedios. Cura Paco era llamado cariñosamente el canónigo don Francisco Gil Delgado, uno de los últimos que llegó al Cabildo por reñida oposición con latines y no por tecnología digital de la Mitra. Este Papa es tan humano que en el ingenio popular de Sevilla se ha ganado el Paco, Paco, Paco, título de grandeza en la cercanía del cariño. Y algunos hasta lo hacen bético. No por WhatsApp, sino de viva voz, el verderón me dijo: "Este Papa no es argentino del River Plate, es del San Lorenzo de Almagro, que es el club de los sofocones y los disgustos de los sufridores de allí de Buenos Aires. O sea, que, en porteño, es como si fuera del Betis".
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor