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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Las penas saben nadar

Fotografía

Por Raquel GonzálezTiempo de lectura2 min
Economía19-05-2002

Después de ver la sección semanal de economía, algún alma económica sensible podría darse al olvido con una copita de alcohol en la mano. Ocurre que no ha sido una buena semana y que los datos numéricos transformados en palabras desvelan una realidad preocupante. Pero como el alcohol no ayuda a nada, ni siquiera a ahogar las penas porque está comprobado que saben nadar, será mejor estar serenos para intentar entender tanto desajuste numérico. El nivel de desempleo quizá sea lo que más pueda llegar a preocupar, porque puede afectar a todos, a usted también, en cualquier momento. Los datos de la Encuesta de Población Activa han resultado escandalosos. Desde 1985 no se había visto un incremento tan alto. Otro susto nos dio esta semana el Índice de Precios al Consumo. Este hecho nos aporta otra razón para no darse a la bebida: la vida se está poniendo cara, así que mejor no gastar en remedios inútiles. En los primeros meses del presente año, el IPC se ha situado en un 2,1 por ciento, una décima por encima del objetivo oficial previsto para todo el año. Desastre absoluto, tal y como han admitido desde el Gobierno. Para algunos hay un remedio mejor que el de la bebida, es el de la comparación. Siempre hay algo o alguien peor. Probemos a ver qué tal. En Argentina la inflación durante los cuatro primeros meses ha superado el 21 por ciento, pero esto no es todo, resulta que las previsiones afirman que en todo el año los precios aumentarán un 50 por ciento. Vean, ¿qué es un 2,1 por ciento español al lado de ese 50 por ciento argentino?. ¿Nos sentimos mejor? No sé ustedes, pero una servidora no. El pueblo argentino sigue sufriendo. Mientras, Duhalde, siguiendo los preceptos de Aznar, ha asegurado que se cumplirá a rajatabla todo lo que diga el FMI. Veremos. Quienes no se amoldan a todo lo que dicta el Gobierno de Aznar son los sindicatos. Hubo reunión fugaz de 20 minutos entre ambas partes y en ese tiempo sólo les dio tiempo a una cosa: saber que no llegarán a ningún acuerdo. La huelga general es cada vez más y más tangible. Y no se crean que por estar al final del análisis el caso BBVA pierde fuelle. No. Ahora aparecen nuevos implicados, la Iglesia en persona, que se ha dedicado a invertir en el paraíso, pero no en el divino, sino en el fiscal de la isla de Jersey.

Fotografía de Raquel González