ANÁLISIS DE ESPAÑA
Quiero mi sobre
Por Alejandro Requeijo2 min
España10-02-2013
"¡Yo también quiero mi sobre!", "¡Rajoy, dónde está mi sobre". Estos gritos se han escuchado y se han leído en varias de las concentraciones contra el PP a raíz del escándalo sobre los supuestos sobresueldos que presuntamente repartió Bárcenas a la cúpula del partido durante lustros. Ese "quiero mi sobre" se puede ver escrito aún a grafiti en alguna pared de la calle Génova de Madrid donde se ubica la sede central de los populares. Incluso cuando Bárcenas entraba a declarar ante la Fiscalía Anticorrupción había allí un hombre esperándole con gritos de "ladrón" y acto seguido preguntaba por lo suyo con ese "quiero mi sobre". Desgraciadamente esa expresión espontánea significa mucho más de lo que parece. Es la prueba de que no hemos aprendido nada. Y que España ni siquiera ahora es un país escarmentado, sino envidioso. Al menos quienes eso gritan. Cuando alguien expresa su cabreo concentrándose ante la sede de un partido y acaba pidiendo su sobre, más que demostrar su indignación ante una clase dirigente corrupta, lo que muestra es la pataleta por no haber recibido su parte del pastel. A quien pide su sobre (más allá del componente satírico de la reclamación) habría que preguntarle si se iría a su casa y dejaría de protestar si alguien en ese momento se asomase al mítico balcón de la sede del PP y comenzase a repartir sobres entre los presentes. ¿Dejaría entonces de preguntarse por el origen de ese dinero y se iría a su casa a seguir mirando para otro lado?. Al fin y al cabo no es más que lo que ha estado haciendo mucha gente en España durante estos últimos años de vacas gordas. La corrupción no es un fenómeno nuevo, pero duele más cuando se deja de crecer al 3 por ciento anual. ¿O no gana el PP de Valencia las elecciones con mayorías absolutas? ¿o no sigue gobernando el PSOE en Andalucía a pesar de los EREs entre otros escándalos? Son muchos los ejemplos en los que la gente ha mirado para otro lado mientras le seguía llegando el sobre. O al menos mientras no lo echaba en falta. Si la protesta es un "quiero mi sobre", entonces no habremos avanzado nada.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio