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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

La chispa prende en Egipto

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional10-12-2012

Egipto vuelve a la actualidad internacional, y no lo hace con buenas noticias. Muchos pensaban que con la llamada Primavera Árabe y con la caída de Hosni Mubarak (hace casi dos años) se alcanzaba una panacea, pero no ha sido así. Mubarak, con su sistema presidencialista y su mano de hierro, garantizaba la estabilidad del país. Con su salida, parecía que se iban sus errores, pero lo que realmente se marchó fue la estabilidad. Egipto lleva meses inmerso en una transición que está siendo más larga de lo previsto. Además, la nueva situación política no está consiguiendo la estabilidad necesaria en estos casos. Por si fuera poco, algunas de las decisiones del nuevo presidente, Mohamed Mursi, como dotarse de algunos poderes especiales y la nueva constitución, están generando controversia y una enorme división social. La respuesta de la oposición no se ha hecho esperar y miles de personas han protestado en la calle. Y en un país donde la tensión se mantiene y, sobre todo, está a flor de piel, es normal que haya enfrentamientos, disturbios y, lamentablemente, muertes, como así ha sido. Los opositores y parte de la población no quieren que el camino reformista termine y que se repitan los errores del pasado, pero con diferentes actores. Sin embargo, tienen enfrente a los Hermanos Musulmanes, que obtuvieron el poder tras las últimas elecciones. Esta asociación islamista, pese a estar perseguida desde hace décadas y hasta el derrocamiento de Mubarak, fue desarrollando sus actividades en la sombra y adquiriendo una gran influencia en la sociedad. Ahora, los Hermanos Musulmanes recogen los frutos tras años de siembra y tienen el mando de Egipto. Sin embargo, deben gobernar para todos, no solo para quienes han confiado en ellos. Además, deben hacerlo con el mayor consenso posible y sin dar la sensación de que quieren aprovecharse de la situación como, por ejemplo, elaborando leyes que solo benefician a unos pocos. Vistos los antecedentes, si los Hermanos Musulmanes van por ese camino ahondarán en la fractura social, aumentarán la crispación, y, tarde o temprano, acabarán siendo derrocados, como le ocurrió a Mubarak.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD