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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

No te rindas

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad12-12-2012

A estas alturas del año se suele pensar mucho en el tiempo pasado, se hace balance, se plantean retos, se lamenta y se sueña. A algunos, los días nos parecen tan llenos como si fuesen meses, pero tan cortos como lo que dura un segundo, un suspiro o un parpadeo. Y el reloj sigue con sus manecillas como la mula en la noria y la Tierra con el Sol: quemando vueltas que ya no volverán, como no regresará jamás el agua al molino que trabajó el equino en su mareo. A estas alturas del año hasta los más tenaces y empeñados piensan en ondear la bandera blanca y entregar el alma con armas y bagajes. Rendirse es fácil. Y el ser humano suele practicarlo con asiduidad pues el camino de en medio es el más sencillo de los posibles para la cómoda tibieza y la verdad a medias. En ese camino se está tranquilo, pero no en paz. A estas alturas del año se queman las últimas velas y se piden deseos mientras se sopla la llama. Los supersticiosos encontrarán en cualquier cosa un motivo para creer en sus manías y los que creen desempolvan una fe que nunca estuvo perdida, sino guardada en el cajón equivocado. A veces, estar rendido no es más que estar cansado, tener el corazón encogido y la cabeza con vértigo y presión por la velocidad con que pasa la vida, la última oportunidad. Estar rendido es propio del ser humano. Renacer de las propias cenizas ya son palabras mayores. A estas alturas del año muchos entenderán que sólo son personas, como los demás, y otros tantos se reconocerán vencidos ante un amigo que, porque lo es, arrulla en el dolor y alivia la desesperanza con su consejo: "No te rindas". Eso sí que es una señal en la que creer y no en las previsiones mayas. En estos días del año llega el escozor de heridas mal cicatrizadas, la inercia del vacío y los brillos de mentira. Pero también es momento para las metas verdaderas, para tomar impulso y seguir luchando, para hacer el bien cada vez más. Es lo más valiente. Es lo que toca. Es para lo que tomamos fuerzas en el instante posterior de pensar en rendirnos.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

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