LUCHA ANTITERRORISTA
El Gobierno aprueba la ley que permitirá disolver a Batasuna
Por Cristóbal Cabezas Martín2 min
España22-04-2002
Una vez superados los informes no vinculantes del Consejo de Estado y del Consejo general del Poder Judicial, y una vez aprobado por el Consejo de Ministros, el proyecto de Ley de reforma de la Ley de Partidos Políticos comenzará el trámite en Parlamento para su entrada en vigor en el próximo otoño. Hasta la fecha, el anteproyecto inicial del Gobierno sólo ha sufrido pequeños retoques. Pero, para la diligencia parlamentaria se abre la puerta a un cambio que permitirá que el PSOE apoye, de nuevo, la ley: consistirá en que no sean 50 parlamentarios, sino la mayoría de la Cámara, la que inicie la petición de disolución de un partido político.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, dio el visto bueno a esta futura modificación para que los socialistas encuentren así la justificación de su vuelta al pacto. El ministro de Justicia, Ángel Acebes, reiteró que, en cualquier caso, se mantendrá la legitimidad del Parlamento para instar a la disolución que debe determinar el Tribunal Supremo. Con la nueva ley, podrán deshacerse los grupos cuyas actuaciones beneficien al terrorismo, la xenofobia o el racismo o a los que “incluyan regularmente” a condenados por esos delitos en sus órganos de dirección. El texto añade varias objeciones, la mayoría técnicas, formuladas por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Consejo de Estado en sus respectivos informes. Éste último solicita que se revise la disposición que permite aplicar la norma con carácter retroactivo, cuestiona las causas que inhabilitan para crear un partido y plantea que el Defensor del Pueblo pueda promover la ilegalización de una formación política. Pero la considera perfectamente constitucional. Sin embargo, el Gobierno, según Acebes, no renunciará a algunos de los principios de la ley, como la posibilidad de aplicar la norma teniendo en cuenta hechos ocurridos antes de su entrada en vigor. El ministro de Justicia expuso que se puede utilizar como punto de apoyo la trayectoria de 25 años de esta formación política, porque ya existía en la anterior ley la exigencia a los partidos de respeto a los principios democráticos (artículo 5.1b), aunque no hubiera un instrumento para disolver a los que incumplieran este criterio. Y citó ejemplos como la reciente detención de un tesorero de Batasuna, el hecho de que esta formación haya cambiado de nombre justo antes de la aprobación de la ley o los actos públicos en los que se ensalza al terrorismo. Después del distanciamiento que se ha producido entre el PP y el PSOE al respecto de la Ley, el presidente del Gobierno y del Partido Popular, José María Aznar, le pidió al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez zapatero, que firme con él, a la misma altura y en absoluta igualdad de condiciones, el escrito en el que se inste a la ilegalización de Batasuna una vez que sea aprobada la ley. Zapatero ha aceptado, pero le ha pedido a Aznar que se retracte de la acusación de “traidores” proferida contra el PSOE y que dialogue para obtener el mayor consenso posible de todas las fuerzas políticas democráticas.