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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Agua del pozo

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad20-06-2012

Cuando se ve la televisión se deben analizar hasta los anuncios publicitarios. Es bueno. Resulta ser un deporte interesante. Muchos acuden a lugares comunes y tratan de vender lo que es tan difícil de comercializar con la que está cayendo. La crisis agudiza el ingenio, como siempre ha ocurrido, y hay publicidades que son auténticas joyas de la creatividad. Otras, sin embargo, se quedan únicamente en su objetivo último: vender. Aún no lo ha conseguido el publicista aficionado que hemos tenido como presidente del Gobierno los españoles. Entre anuncio y anuncio -a veces hay más publicidad que programación en la parrilla televisiva, incluso en los medios públicos que presumen de no tenerla- el zapping se detiene en una entrevista que José Luis Rodríguez Zapatero ha concedido a Al Jazeera para hablar de economía. Y lo hace, para variar, con unas expresiones que no hay quien le entienda. Será cuestión de la macroeconomía, que es tan complicada para el común de los mortales que no puede resumirse en un spot publicitario... Menos mal, que aún quedan otros abuelos a los que seguir haciendo caso. Igual que Zapatero quiso homenajear la memoria del suyo mientras estuvo en el poder, afortunadamente aún hay mayores que en situaciones extremas apuestan por administrar como si se tratase de una economía de guerra. Este mensaje está también hasta en los más novedosos anuncios televisivos. Ahora, con la que está cayendo, nos vienen a decir que consumamos un determinado producto porque nos hará sentir mejor en medio de la crisis. Lo mismo da un televisor de 40 pulgadas, que un crucero o un coche de lujo. Para eso se inventaron los plazos que se pagan hasta en los pueblos, esos a los que se recomienda en la publicidad. Hasta los abuelos decían que en el campo se vive mejor, que comida siempre hay si se trabaja la tierra. Pero de eso se trata: de querer trabajar el surco por un kilo de patatas en vez de darse un capricho urbanita. Y, cuando se tien sed, por cierto, se bebe agua del pozo. Que está bien fresca.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

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