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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Sacar patatas

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad06-06-2012

Nervios, insomnio e incertidumbre. Estos días se juegan su futuro 200.000 jóvenes españoles. Cada cual puja por una plaza para acceder a la Universidad. Llevan meses preparándose para un objetivo impreciso. Muchos accederán a la educación superior, uno de los últimos escalones del tan devaluado sistema formativo español. Pero llegar al campus implica enfrentarse a más crudas realidades para quienes acaban de despertar a la edad del gran derecho y deber democrático, el voto: cursar una carrera no garantiza encontrar un empleo. Y conseguir un puesto de trabajo no significa que esté correspondido con un salario digno. El panorama, por lo tanto, es desolador. No todos de esos 200.000 aspirantes universitarios finalizarán su carrera dentro de cuatro años. Pero todos deberán tener opciones laborales en un mercado, el español, que es incapaz de detener la hemorragia del desempleo. Los expertos recomiendan a los jóvenes que se examinan estos días que cumplan con una serie de normas para combatir las tensiones: que duerman bien, que se alimenten correctamente y que traten de poner en práctica pequeños trucos de relajación. Hay quien es partidario, ante los atracones finales de números y letras, de dejar la mente en libertad en esta fase. Si no se ha cultivado la cultura del esfuerzo, si no se ha trabajado como una hormiguita, es complicado recoger frutos con acciones de emergencia. Más vale comenzar un examen sereno y despejado, con la cabeza hábil para pensar con cierta lógica y poder tomar decisiones coherentes, que estar aturullado después de pasar la noche en blanco tratando de memorizar un temario que mañana no se recordará. La universidad no es otra cosa que preparar a los individuos a construir una sociedad mejor. Y eso también puede lograrse sacando patatas la víspera del examen para acceder a la facultad. Quien lo probó lo recomienda.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo