SIN CONCESIONES
Periodismo de titulares
Por Pablo A. Iglesias
3 min
Opinión30-05-2012
Un veterano profesional que trabaja cerca de mi casa lamenta que en España se hace un "Periodismo de titulares". Aduce que los especialistas de la información nos quedamos en la superficie y que no profundizamos en la verdad de las noticias, en sus causas y en sus consecuencias más humanas. Cree que los periodistas, y por consiguiente el común de los ciudadanos, nos dejamos manipular por las declaraciones demagógicas e interesadas de los políticos, de las grandes empresas, de los grupos de influencia y de los grandes centros de poder. Nada más oirle, me ha brotado la sonrisa. Lo he pensado un par de veces y creo que tiene razón. Desde que empecé a ejercer el periodismo político hace once años, muchas veces he tenido la sensación de ser un altavoz de valoraciones partidistas, una especie de escriba del siglo XXI que -como sucedía en el antiguo Egipto- sólo copia y sintetiza las palabras de los mandatarios. La reflexión del veterano profesional que trabaja cerca de casa me hace recordar viejas películas de periodistas como Primera plana, donde Jack Lemmon y Walter Matthau huyen de las facilonas declaraciones del alcalde y el jefe de policía para investigar por su cuenta la verdadera historia de un condenado a muerte. El cine siempre ha emcumbrado el Periodismo de fuentes, antítesis del "Periodismo de titulares" que denosta el veterano profesional de barba, gafas y canas que me ha empujado a pensar en nuestro amado oficio. A él le molesta por incongruente que la prensa demande en estos tiempos de crisis que la Iglesia pague el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) por sus templos y edificios cuando en ellos se están prestando una valiosísima labor social de ayuda a quienes más sufren la maltrecha situación de la economía. Los comedores y albergues de Cáritas son el mejor ejemplo de ello. También le inquieta, por demagógico e interesado, que esta exigencia parta originalmente de partidos políticos, sindicatos y ONGs que tampoco abonan esta tasa municipal. Toda una contradicción y otro fruto más del "Periodismo de titulares" sobre el que nos advierte. Al escuchar a este veterano profesional que trabaja cerca de mi casa, también pienso en Bankia porque muchos periodistas señalan como culpable al exministro Rodrigo Rato por dos años de mandato pero olvidan que Miguel Blesa presidió Caja Madrid entre 1996 y 2010. Me acuerdo igualmente de Zapatero, al que muchos periodistas ensalzaban en tiempos de bonanza por su simpatía con los medios sin reparar en su gestión política y económica. Me viene a la cabeza la pitada al himno de España en la final de la Copa del Rey, que incomprensiblemente ha abierto multitud de portadas de periódicos como si no hubiera otros problemas más graves con la que está cayendo en el país. Tengo presente también el desmedido interés mediático de la semana pasada por saber si Rajoy y Rubalcaba se llamaban por teléfono, como si una simple conversación fuera a resolver todos nuestros problemas. Hay muchos ejemplos de información superficial que recibe en la prensa un tratamiento muy superior al que realmente merece. Así que debo reconocer que coincido con el veterano profesional que trabaja cerca de mi casa y que critica el "Periodismo de titulares" con tantos argumentos como quien lo ha ejercido. Los periodistas debemos recuperar nuestra misión social, nuestra vocación por sacar la verdad a la luz, por dar voz a los que sufren, por ser independientes, por abandonar las trincheras ideológicas, por ser honestos en nuestra labor, por renunciar a los intereses propios y por tantas cosas que ensucian el Periodismo. Por cierto, el veterano profesional que trabaja cerca de casa no es otro que el párroco de la iglesia que asoma por mi ventana. A veces, no hace falta ser periodista para dar lecciones de buen periodismo.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito