ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Hollande y Sarkozy, la importancia de la segunda vuelta
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional23-04-2012
Si en las competiciones europeas de fútbol no existiera la segunda vuelta, muchos de los equipos que fueron campeones habrían sido eliminados en la primera ronda. No, este no es un análisis de deportes, aunque el símil futbolístico también se puede aplicar a la política internacional. Las elecciones francesas celebradas este domingo han dado el resultado previsible, François Hollande (del Partido Socialista, PS) y Nicolas Sarkozy (de Unión por un Movimiento Popular, UMP) fueron los más votados entre todos los candidatos que se presentaban a los comicios. Ambos, se disputarán la segunda vuelta, en la que se decide quién va a ser el próximo presidente de Francia. Los electores, después de este primer filtrado, tienen la posibilidad de volver a las urnas para elegir a su preferido o a aquel que más se aproxime a sus ideas, en el caso de que su partido favorito no haya llegado a la gran final. De este modo, se acaba con la posibilidad de que la formación más votada no llegue al poder debido a pactos entre perdedores, y se impide la creación de gobiernos atomizados (tripartitos, cuatripartitos o incluso más). La doble ronda electoral origina más gastos (implica dos votaciones, dos recuentos, mayor seguridad...) pero también recoge el sentir popular de forma más pura. Además, así se logran gabinetes más estables, sin los riegos habituales de las alianzas. En estas, muchas veces, priman más los intereses de los políticos que los de la población, y los llamados partidos bisagra intentan aprovecharse al máximo de las ansias de poder de los que han quedado segundos. Es cierto que los candidatos de los partidos más grandes (en este caso, Hollande y Sarkozy) son los que suelen acceder a la segunda vuelta, pero no pueden dormirse en los laureles y deben esforzarse desde el primer momento. Si no, que se lo pregunten a Lionel Jospin (del PS), quien en los comicios de 2002 quedó tercero con tan solo un 0,68 por ciento menos de votos que el segundo. En aquella ocasión, llegaron a la final el conservador Jacques Chirac y el ultraderechista Jean Marie Le Pen. Chirac alcanzó la Presidencia con más del 82 por ciento de los sufragios, muchos procedentes de sacrificados votantes socialistas. François Hollande y Nicolas Sarkozy tienen el enfrentamiento definitivo el 6 de mayo. Hasta entonces deberán trabajar aún más para mantener a su electorado y captar votos procedentes de los seguidores de los partidos derrotados. La meta ya se ve, pero solo uno puede quedar el primero.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD