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EL REDCUADRO

La contramemoria

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión15-04-2012

Me ha parecido muy bien que por fin le hayan quitado a Pilar Bardem la calle que nunca le debieron poner. Aunque con todo el revuelo que se formó al poner en una esquina del Tiro de Línea el nombre de esta señora y quitárselo al General Merry Ponce de León se ha enriquecido bastante el repertorio de dichos sobre la nacencia y la muerte en la ciudad. Hasta ahora era muy conocida la frase que incluso recogió una sevillana: "En Sevilla hay que morir". ¿En Sevilla hay que morir o más bien con Sevilla hay que morir, que no es lo mismo, aunque ambas cosas suenen a tanatorio? (Por cierto: inciso sobre tanatorios. Un lector me escribe proponiendo una idea que no está malamente. Dice que con eso de llamar a los dos que hay en Sevilla el tanatorio de Servisa y el tanatorio de Mémora, la gente se hace un lío y no sabe exactamente dónde tiene que ir a dar la cabezada o a una misa de corpore insepulto. Propone este lector que igual que al de la calle Miguel Romero Martínez le llama ya la gente el Tanatorio de San Jerónimo, tirando también de santoral deberíamos decirle Tanatorio de San Fernando al de la Ese Treinta, ya que está al lado del cementerio de ese nombre. Dicho queda.) A lo que íbamos. Con el lío del favor que la quiso pagar a Pilar Bardem el Pacto de Perdedores que gobernaba el Ayuntamiento como ahora mandará en la Junta, se enriqueció bastante el diccionario vital sobre Sevilla. Al "En Sevilla hay que morir", esta señora del Muy Subvencionado Sindicato de la Zeja añadió una frase complementaria. No "En Sevilla hay que nacer", que hubiera sido lo lógico, sino: "En algún sitio hay que nacer". Que es la otra cara de la moneda de otra frase que inventó servidor y que hizo fortuna en la Cuna de la Libertad: "La gente de Cai nacemos donde nos sale de los co...ros y chirigotas". Servidor, por ejemplo, en la calle Bayona, entre la Catedral y la Puertalarená, que tampoco es mal sitio. La calle que nunca debió existir, la que Sevilla dedicó una señora nacida aquí por casualidad, "porque en algún sitio hay que nacer", tras la recogida de firmas de los vecinos y de los hermanos de la cofradía del barrio se llama ahora "Nuestra Señora de las Mercedes". Hombre, a mí, la verdad, me hubiera gustado más que se hubiera restituido sin más el borrado nombre del general don Francisco Merry Ponce de León (1872-1971), víctima de una vengativa aplicación de la Ley de la Memoria Histórica. Merry fue un general que no pegó un solo tiro en nuestra guerra, las suya fueron la de Cuba y la de Marruecos. Quitarle la calle al general Merry no fue Memoria Histórica: fue venganza contra un apellido, ¿verdad, Fernando Parias? Por eso me ha mosqueado más todavía, casi tanto como el error histórico del Pacto de Perdedores con Merry, que el Ayuntamiento de los 20 Concejales, 20, al inaugurar solemnemente el rótulo dedicado a la Virgen de las Mercedes haya como consagrado el odio revanchista que se llevó por delante al general Merry. Junto al nuevo rotuló de "Virgen de las Mercedes" han puesto "Antigua calle Pilar Bardem". ¡Toma ya! Y al general Merry, que le vayan dando. Tan borrado como con los otros. Hombre, si queremos ser rigurosos, esas esquinas del Tiro Línea deberían tener tres rótulos concatenados, que es la secuencia de un absurdo, a saber: "Calle Nuestra Señora de las Mercedes; Antigua Calle Pilar Bardem; Antiquísima Calle General Merry; más antigua todavía Prolongación de Felipe II..." Y así podíamos llegar hasta poner un cartelito diciendo cómo se llamaba aquello en tiempo de los moros. Van a volver locos a los mapas del GPS y del Google.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor