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SIN CONCESIONES

Punto de inflexión para Rajoy

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión26-03-2012

Hace sólo cuatro meses, Rajoy ganó las elecciones generales en España. Lo consiguió con una amplísima mayoría absoluta de 186 diputados. Fue posible gracias a un magnífico resultado en Andalucía. Aquello pareció el preludio de lo que iba a pasar en esta comunidad cuando llegaran los comicios autonómicos en primavera. Mariano Rajoy esperaba que germinase una manto de flores que tiñera de azul el campo andaluz, del mismo modo que el resto de España se pintó con la bandera de la gaviota en las elecciones regionales de mayo de 2011. Sin embargo, no ha sido así. Andalucía ha dejado sentado en el suelo a Rajoy cuando él esperaba que le levantara a hombros con otra mayoría absoluta. No habrá gobierno del PP en Andalucía. No lo habrá pese al descalabro del PSOE en las generales, pese a la herencia de Zapatero, pese a los escándalos de corrupción, pese a la falta de carisma de José Antonio Griñán, pese a los 30 años de hegemonía socialista. Esa hegemonía persiste y el Partido Popular no ha sido capaz de derribarla. Ni en el mejor momento de su historia es capaz de gobernar Andalucía. Ha ganado, sí. Pero no gobierna. Y eso, en política, es tanto como perder. Bien lo sabe Javier Arenas, perro viejo en estas batallas que ve esfumarse la última oportunidad para alcanzar la Junta de Andalucía. Cuando el PP gobierna en toda España, él queda relegado a la oposición. No tardará en reinvertarse con otras ocupaciones dentro del PP, mientras espera a que Rajoy le nombre ministro cuando necesite retocar el Gobierno. El PP no gobierna en Andalucía y tampoco sube en Asturias pese a la debacle de Francisco Álvarez-Cascos en apenas nueve meses de mandato. El PSOE ve un cambio de tendencia. En verdad, es un punto de inflexión. Queda demostrado que el PP de Rajoy tocó techó en las elecciones generales de noviembre. La izquierda castigó entonces al PSOE por la malísima gestión de Zapatero. Cumplida aquella penitencia, Rubalcaba remonta levemente el vuelo. Mejora en Asturias y aguanta la caída en Andalucía. Todo un éxito tras los primeros cien días de Rajoy en La Moncloa. Puede que las reformas empiecen a pasar factura al Partido Popular. Parece claro que su discurso no ha calado suficiente entre los ciudadanos. Al revés, ha generado cierto miedo entre los votantes de izquierda. El PSOE ha fidelizado a su gente, mientras el PP sufría una sangría aparentemente inexplicable. Las protestas en las calles y la agitación de la huelga general parecen haber surtido el efecto que tanto necesitaba Rubalcaba. Si esto sucede en solo cuatro meses... ¿qué puede ocurrir en los tres años y ocho meses que restan hasta las próximas elecciones generales? Desde noviembre, el PP pierde 415.000 votos en Andalucía y 115.000 en Asturias. Todo un cataclismo. Antes de llegar a La Moncloa, Rajoy dejó que la ola del cambio le empujase hacia la victoria. Ahora, debe empezar a hacer política, eso que tan poco le gusta. Rajoy prefiere gestionar a hablar. Ahora, tendrá que hacer ambas cosas. Deberá explicar sus medidas a conciencia si quiere evitar que los ciudadanos empiecen a desconfiar y le den pronto la espalda. Aún no ha ocurrido, pero debería interpretar el resultado de Andalucía y Asturias como un aviso a navegantes. La estrategia de esconderse y no hacer nada sólo da resultado cuando el viento sopla a favor. Cuando apenas sopla una brisa, hay que remangarse y comenzar a remar.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito