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Jubilación postergada

Por Elena R. BenitoTiempo de lectura2 min
Sociedad07-04-2002

"Por primera vez en la Historia se puede envejecer sin ser rico, y aunque éste ha sido el objetivo final de todos los grupos históricos cuando llegamos a esta etapa de la vida, en lugar de celebrarlo lo lamentamos". Con esta frase explica el doctor Alexandre Kalache, coordinador del programa Envejecimiento y Curso de Vida de la Organización Mundial de la Salud, los problemas a los que se enfrenta el actual sistema ante el envejecimiento de la población.

En cincuenta años, Europa, el viejo continente, lo será más que nunca. Inevitablemente, se reducirá de manera drástica el porcentaje de población activa. De aquí a 50 años el porcentaje de personas que trabajen y, por tanto, paguen las pensiones, se reducirá a más de la mitad. Ahora, cada jubilación se financia con el trabajo de nueve personas, en el año 2050, se tendrá que financiar con el de cuatro. Ante esta situación, la Unión Europea aboga por aumentar la edad media de jubilación hasta los 63 años, frente a los 58 actuales, hasta lograr que la mitad de los europeos que en la actualidad rondan los cincuenta estén en activo laboral de aquí a 20 años. El problema no sólo afecta a los países desarrollados, que ven peligrar su sistema de pensiones, sino sobre todo a los países más pobres. En muchos de ellos, una quinta parte de su población será vieja en cincuenta años, un porcentaje muy alto para países donde no existen servicios sociales mínimos ni sistemas de protección. Otra cuestión es cómo podrán países donde los jóvenes trabajadores viven en la miseria mantener a un 20 por ciento de población no productiva. El mundo se prepara para un vuelco demográfico histórico y son muchas las decisiones que la ONU tiene que tomar al respecto. La secretaria general de Asuntos Sociales de España, Concepción Dancausa, considera imprescindible un Plan de Acción verdaderamente global. Global porque debe tener en cuenta a todo el Planeta, atendiendo a las particularidades de cada país, y global porque tiene que dar respuesta a todos los aspectos relacionados con la vida de los ancianos: salud, servicios sociales, derechos humanos, protección social, pobreza... Ante esta situación, las Naciones Unidas se plantean crear una agencia dedicada al apoyo de los ancianos, que hará una labor similar a la de Unicef con los niños. Además de ayudar a los mayores en situación más precaria, sería la encargada de crear una nueva mentalidad hacia la ancianidad: enseñar a envejecer al igual que se enseña a los niños a crecer.

Fotografía de Elena R. Benito