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ANÁLISIS DE ESPAÑA

¿Para qué quiero ser Rey?

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España19-12-2011

¿Para qué quiero ser el Rey de España si ni siquiera me puedo saltar una cita incómoda? Eso debió pensar don Juan Carlos cuando le tocó recibir en su propia casa al representante de Amaiur por orden de un protocolo absurdo. Su cara era la que todos hemos puesto alguna vez cuando los convencionalismos, sobre todo en estas fechas tan señaladas, nos obligan a citas a las que a uno no le queda más remedio que acudir por imperativo legal navideño. Al menos el Rey aún tiene el envidiado poder de decidir quién forma parte de su Real familia y quién no. Y luego el Museo de Cera hace el resto purgando comportamientos poco ejemplares con la misma eficacia con la que Luca Brasi ejecutaba las órdenes de la familia Corleone. Pero volviendo a Amaiur, lo cierto es que su engolada simpatía huele a chamusquina. Más que nada por lo poco que han tardado en pasar de llamar al Rey "jefe de los torturadores" (Arnaldo Otegi dixit) a calificarle de "persona afable", reconocerle su "cercanía a los problemas de Euskal Herria" y hasta interesarse por su familia. "Nos hemos preguntado por nuestras familias y nos hemos contestado correctamente", anuncio Mikel Errekondo. Menos mal. Es difícil imaginar la cosa de otra manera. "Hola su majestad, que tal la familia?, ¿cómo le va a mi ex compañero Urdangarín?"... "Bien, bien gracias, ¿y su madre que tal mea?". En definitiva, la conclusión que ofrecen los primeros pasos de Amaiur en Madrid reflejan una evidente estrategia de poner cara de bueno frente a los ataques. Ellos por ataque entienden desde que el PP aplique el reglamento y se queden sin grupo parlamentario hasta que un periodista les pregunte demasiado sobre la condena a los atentados de ETA. Eso es hoy de lo único que aún les hace sudar. "¡¿Condenar a ETA?!, pero le parece poco que me haya puesto una corbata?", podría haber dicho Errekondo a los medios y hubiese resumido a la perfección esta artimaña disfraz. La idea es explotar al máximo el victimismo que tanta rentabilidad les ha dado siempre entre quien se lo cree. Todo esto porque su meta no es otra que las elecciones autonómicas de 2013 en el País Vasco. Y después ya veremos.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio