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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Gobernar a cualquier precio

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España01-08-2011

Se acabó. Con el anuncio del adelanto electoral Zapatero ha rematado su harakiri por etapas. Primero fue que no se presentaría a la reelección y ahora esto. El 20-N es lo último que le quedaba por comunicar antes de echarse definitivamente a un lado para dejar todo en manos de Rubalcaba. Pero antes de entrar a discutir qué barba le sentará mejor a España, es de justicia hacer balance. Si hay algo que ha caracterizado los siete años de Zapatero en La Moncloa ha sido el vicio de gobernar a cualquier precio. Él más que ningún otro presidente se ha significado por lanzar promesas imposibles de cumplir que han ido hipotecando su mandato hasta que se daba de bruces con la realidad. En ocasiones se perdió en el oportunismo, otras en un excesivo cariz ideológico, casi siempre marcado por el cortoplacismo y el hacer oposición de la oposición. Curiosamente al final ha sido cuando ha dado mayores muestras de visión de Estado con decisiones difíciles. Ya era demasiado tarde y hasta para el PSOE ha acabado siendo un estorbo. Llegó al Gobierno con aquello de "aceptaré cualquier texto que apruebe el Parlamento de Cataluña" que dio pie al Estatut. Puede que España no se haya roto como vaticinaba el PP, pero tampoco se han saciado las ansias nacionalistas ni mucho menos contribuyó a solucionar las tensiones autonómicas. Más bien al revés. El precio fue demasiado alto, pero aquello sirvió para contentar al PSC, mantenerse en el poder en esa comunidad y ganar las elecciones en 2008 gracias a los 25 escaños cosechados en esa comunidad. Pero la relación con Cataluña también se rompió y ahi está la mayoría de CiU y la debacle del 22-M. En política exterior apostó por volver al corazón de Europa rompiendo con la vocación atlantista de Aznar. Es decir, España pasó de hacer seguidismo de EE.UU y Gran Bretaña a hacer seguidismo de Francia y Alemania. Siete años después, la posición española en el mundo no es más fuerte. ¿En qué quedó aquello de la Alianza de Civilizaciones, por cierto? En materia antiterrorista llevó a cabo una negociación secreta con ETA. Las primeras conversaciones fueron en 2005 mientras en la oposición promovía el pacto antiterrorista con el PP. La banda robaba 300 pistolas y seguía su extorsión, pero Zapatero seguía empeñado en intentarlo en lugar de aprender de los errores de sus antecesores. Hasta después de la T4 siguió negociando. Mandó a De Juana a casa, el chivatazo... Aunque ahora lo reivindique, aquellos meses fueron una ignominia tras otra y si la izquierda abertzale ahora juega a hacer política es gracias al azar y la acción de las fuerzas de seguridad del estado con sus detenciones. Lo peor es que cada vez queda más lejos el final de vencedores y vencidos que prometía el Estado de Derecho. Con todo esto el innegable éxito que fue gobernar en el País Vasco con el apoyo del PP puede quedar en bonita anecdota. Hasta el presidente -que nunca creyó del todo en esa alianza con los populares- ninguneaba a López con sus acuerdos en Madrid con el PNV. Gobernar a cualquier precio. Con todo, al final ha sido la Economía (y no lo anterior) la que ha podido con él. Ocultó el problema de la crisis para ganar las elecciones en 2008 y luego tardó en reaccionar. La situación afecta a todo el mundo, pero a unos más que a otros. Si tras Grecia, Irlanda y Portugal todas las miradas se centran en España es porque no se han hecho bien las cosas. Prometió pleno empleo y van cinco millones de parados, derrochó con el cheque bebé, los 400 euros... medidas que luego fue retirando. Bajó el sueldo a los funcionarios y dejó de levantar el puño en Rodiezmo mientras se plegaba a las exigencias nacionalistas y de Merkel. Así pretendía cumplir su última voluntad y agotar -nunca mejor dicho- la legislatura independientemnte de lo que dijeran los mercados o de que el PNV le fuese a pedir lo imposible una vez más para aprobar su próximos presupuestos. Rubalcaba se lo ha impedido. El propio candidato lo ha dejado claro: él es ya "el único líder del Partido Socialista".

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio