ANÁLISIS DE CULTURA
Teddy Bautista: voracidad sin límites
Por Marta G. Bruno2 min
Cultura04-07-2011
La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) lleva meses en las portadas de este medio y del resto del país. La misma sociedad que podría haber dejado un agujero de 400 millones de euros desviados (más de 66.500 millones de pesetas), se supone que nació obligada a no tener ánimo de lucro. Pero la realidad es que en los últimos años se ha enriquecido de forma millonaria. Empezamos por la red de teatros que adquirieron ya en 2003 y cuya inversión inicial fue de 300 millones de euros. Con sedes en Nueva York, La Habana, Río de Janeiro o Shanghái, la SGAE facturó en 2010 365 millones de euros. No les era suficiente con tener como centro neurálgico el palacio de Longoria de Madrid. La sociedad perdió la posibilidad de trasladarse al preciado palacio del Infante don Luis de Borbón de Boadilla el año pasado, una joya del neoclásico de 1765 y que hoy está declarado Bien de Interés Cultural. Pero tal pérdida no pareció hacer un gran agujero en la vida de su gerente, Teddy Bautista, porque su “solidaria” sociedad logró multiplicar sus activos por 110 en solo tres años. Como dice el refrán, “la avaricia rompió el saco”. En los últimos tiempos se ha llevado todas las críticas por querer cobrar a diestro y siniestro por poner música. Ni la tuna se libró. Éstos, aunque no cobraran por actuar, debían pagar derechos de autor. Después llegó la exigencia a las peluquerías catalanas. La SGAE exigió un canon mensual de 6 euros por poner la radio en el establecimiento. Las peluqueras optaron por poner en las paredes el siguiente mensaje: “A partir de ahora, cuando vengas a la peluquería no olvides traerte la música de casa. ¡Ah! Y todo original”. Y se le pueden sumar otros escándalos como cobrar a un pueblo por sus festivales musicales, cobrar el 10 por ciento de un concierto que David Bisbal dio de forma gratuita para ayudar a un niño enfermo o pretender pedir dinero a las residencias de ancianos por poner la televisión. Viendo lo visto, Ramoncín decidió desvincularse del todo de este lobby que por un lado enviaba donativos a Haití y por otro se lucraba de todos los contribuyentes de este país con su famoso “canon” por el que tenemos que pagar por comprar un DVD virgen. Ahora su responsable, Teddy Bautista, queda en libertad con cargos. Su entorno dice que “está destrozado”. Mejorará en cuanto recuerde que cobrará 24.000 euros al mes de “pensión”, mientras la gran mayoría del país se rebana los sesos para calcular cuándo se va a jubilar.
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Marta G. Bruno
Directora de Cultura de LaSemana.es
Licenciada en Periodismo
Estudio Ciencias Políticas
Trabajo en 13TV
Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press