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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Chávez parece incombustible, pero no lo es

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional04-07-2011

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, parece incombustible. Su presencia y su discurso están llenos de fuerza y de vitalidad, pero, como todo hombre, se irá apagando hasta morir. En líneas generales, poca gente asocia este hecho a sus líderes políticos, a los que ven como algo superiores, cuando en realidad no dejan de ser personas. En las últimas semanas, Chávez está sufriendo una delicada enfermedad y ha sido sometido a una operación en La Habana, al amparo del régimen castrista, que presume de sanidad. Los rumores sobre el estado de salud de Chávez se han disparado y aunque este, presuntamente, ha publicado mensajes desde su twitter oficial, las dudas no se detienen. El Gobierno venezolano, aunque lo intenta, tampoco sabe explicar claramente y con convicción lo que le ocurre al máximo mandatario. Nadie puede negar que Hugo Chávez es un tipo listo que ha sabido jugar sus cartas y aprovecharse de todos los resquicios legales para hacer un país a su medida. Como militar, protagonizó un fallido golpe de Estado a principios de la década de 1990 y fue encarcelado por ello. Sin embargo fue puesto en libertad a los pocos años y centró sus esfuerzos en alcanzar el poder por la vía política. Algo que logró en 1999. Venezuela ha cambiado mucho (para bien o para mal, según quien opine) desde que Hugo Chávez está en el poder. Su discurso populista, y sus encontronazos con Estados Unidos y con líderes occidentales han sido sonados y frecuentes. Además, el presidente ha sabido tejer redes sociales y políticas que le apoyan y también ha ido minando a la oposición. Todo ello le ha permitido superar un golpe de Estado contra él en 2002 y hacer reformas políticas que le han dado más poder. Hugo Chávez es joven (tiene 56 años), pero atraviesa un delicado momento donde su vida está en peligro. La salud es lo más preciado y contra la enfermedad poco pueden hacer sus partidarios. Ahora está en manos de los médicos y de Dios. Quizá sea una buena ocasión para que las fuerzas políticas venezolanas hagan examen de conciencia y empiecen a preparar una Venezuela sin Chávez, porque este, tarde o temprano, desaparecerá, como todos.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD