ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Mladic, poderoso caballero es don dinero
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional30-05-2011
Poderoso caballero es don dinero. Este refrán español también tiene su equivalente en otros idiomas del mundo, ya que cuando hay dinero de por medio, es muy posible que quien lo ofrece consiga sus objetivos, y que quien lo recibe cambie sus criterios. Algo así ha debido de pasar con la detención de Ratko Mladic, que llevaba huido de la Justicia desde 1995. Mladic fue arrestado la semana pasada por tropas serbias después de permanecer en paradero desconocido durante más de 15 años. El término “desconocido” aparece en cursiva ya que cuesta creer que las autoridades no supieran por dónde se movía el llamado carnicero de Srebrenica. Ratko Mladic fue uno de los rostros más siniestros de la guerra de los Balcanes y está acusado de genocidio por asesinar, a sangre fría, a más de 8.000 personas en Srebrenica (Bosnia-Herzegovina). Todo ello ante la pasividad de los cascos azules de Naciones Unidas que controlaban el enclave. Desde entonces tiene cuentas pendientes con el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. Sin embargo, hasta ahora ha podido ir eludiéndolas, primero con el beneplácito del antiguo presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, y después gracias a la vista gorda que hacían los sucesivos gobiernos de Serbia. Sin embargo, las presiones internacionales y, especialmente, las condiciones impuestas por la Unión Europea han dado sus frutos. Bruselas siempre ha mantenido que para iniciar las conversaciones de adhesión de Serbia era necesario que Belgrado entregara a sus criminales de guerra. Estos, poco a poco, han sido capturados, pero quedaba la joya de la corona, Ratko Mladic, al que muchos serbios todavía consideran un héroe de la patria. Ahora que se ha eliminado el principal escollo, Serbia ve cómo se empiezan a abrir las puertas de la integración en la UE, una oportunidad que no podía dejar pasar, pese a que parte de la población considera la detención como una traición. Mladic, que ronda los 70 años, tiene por delante un proceso largo y, según parece, lo hace con un delicado estado de salud. Esta circunstancia no debe ser un impedimento para juzgarle y para que caiga sobre él todo el peso de la ley. Evidentemente, hay que respetar sus garantías y darle un trato digno, algo que él negó a sus víctimas. Ojalá que estas o sus familiares puedan ver cómo el carnicero de Srebrenica paga por sus crímenes. Parece una obviedad, pero dada la edad del reo y el precedente de Slobodan Milosevic no es descabellado pensar que Ratko Mladic muera antes de escuchar la sentencia.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD