ANÁLISIS DE ESPAÑA
Sortu y los mitos de 'todo a 100'
Por Alejandro Requeijo3 min
España14-02-2011
Es curioso lo poco que le cuesta a la sociedad española fabricar mitos y peligroso lo poco le cuesta en menos tiempo todavía creérselos como si de una revelación divina se tratase. Un clásico de la política española es, por ejemplo, la imagen que tiene Rubalcaba de hombre invencible al que nunca que se le escapa ningún desliz. Sin embargo, repasando su hoja de servicios, el actual hombre fuerte del Gobierno atesora no pocos borrones. Algunos antiguos como una reforma educativa de dudoso éxito o algunos más recientes como el sopapo que recibió de un tal Tomás Gómez en Madrid. Y ya veremos en qué acaba lo del chivatazo. Especialmente la lucha antiterrorista da pie a la fabricación de estos mitos de todo a cien que luego poco tienen que ver con la realidad. En su día se pintó a Txeroki como un ser temible y escurridizo. Es cierto que su crueldad no tenía límites, pero casi tanto como su torpeza a la hora de dirigir los comandos de la banda. Seguramente haya sido el jefe militar menos rentable de la historia de ETA. Su actuar temerario acarreó uno de lo mayores índices de detenciones y llegó a ocasionar una guerra civil interna en ETA. Sólo los arrestos de las fuerzas de seguridad impidieron que la cosa fuese a mayores. Ahora, en una Batasuna carente de líderes, se presenta a Rufi Etxeberría como un personaje frío, directo y de discurso implacable. Hablamos del mismo al que le han temblado las piernas cuando ahora le ha tocado tragarse sapos y culebras y rechazar la violencia de ETA -"si la hubiera"- por exigencias del guión de su propia supervivencia. El mismo Etxeberría al que un periodista en una entrevista reciente le instó a que le mirase a la cara para contestarle. Hasta Otegi desde la cárcel pedía a gritos ser liberado porque "el rubio sólo no puede". En fin. Otra que la sociedad empieza a asumir como irremediable es que los estatutos de Sortu son impecables. Que no hay nada que hacer. La pregunta es ¿cuántos de estos se han leído de verdad la sentencia del 22 de mayo de 2007 del Tribunal Supremo que el abogado batasuno Iñigo Iruín ha usado como referencia para tratar de burlar la ley? ¿Cuántos conocen de verdad la reforma de la LOREG que, según dice el mismo letrado, no obliga a usar la palabra "condenar"? Como buen abogado que es ¿alguien duda de que haya hecho un análisis de parte, interesado? ¿Alguien se ha hecho en serio estas preguntas y ha ido más allá del mito? Al final, la última palabra la tendrán los tribunales, faltaría más, pero que nadie dude de que la relación entre Batasuna y Sortu va más allá de 27 folios más o menos acertados. Las conciencias -muchas bien intencionadas- se debaten ahora en dejar pasar a los batasunos aprovechando la oportunidad, quizá histórica, que significa la división interna en el mundo terrorista. La otra opción es la ilegalización y mantener la asfixia de un mundo que ya sólo piensa en la supervivencia a cualquier precio. En ese sentido, al hablar de ETA es conveniente despejar las dudas alejándose de los mitos e ir a las certezas. Nunca la permisividad con los terroristas ha derivado en avances hacia la paz. Siempre que el Estado se ha plegado a negociar o ha relajado su firmeza la respuesta ha sido más muerte y más exigencias. Con las concesiones Batasuna nunca se habría visto obligada a rechazar a ETA. Dicho de otro modo, es la política antiterrorista actual, la de las detenciones masivas y la tolerancia cero la que nos ha llevado hasta aquí. Si esa ha sido la receta del éxito ¿por qué cambiarla ahora que el final está tan cercano?.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio