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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Bélgica se parece a Iraq

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional13-02-2011

Cualquiera que lea el titular de este análisis podría pensar que en Bélgica explotan bombas frecuentemente, hay una constante sensación de riesgo y ejércitos internacionales que buscan democratizar la zona. Evidentemente, no es así. Sin embargo, Bélgica sí se parece a Iraq en cuanto a la inestabilidad política. Aunque resulte sorprendente, los belgas llevan sin gobierno desde junio de 2010, y se acercan al récord que ostentan los iraquíes, con 289 días. Los políticos de Valonia (región francófona y defensora de la unidad estatal) y de Flandes (comunidad de idioma flamenco, que ha despegado económicamente, y que es partidaria de estrechar al máximo los lazos con Países Bajos) están llevando al extremo las discrepancias. No se dan cuenta del daño que están haciendo a la población y a la credibilidad del Estado. Hasta ahora, estas diferencias tenían solución en unas pocas semanas, pero en esta ocasión ya se superan los ocho meses de parón institucional. Y lo peor de todo es que no parece que los partidos quieran ceder en sus pretensiones para alcanzar puntos de acuerdo. Algo que sí se hizo en Iraq, donde las dificultades eran inmensamente mayores. Bélgica no es muy grande en cuanto a territorio, pero es uno de los emblemas de Europa. Su capital, Bruselas, alberga las principales instituciones de la Unión Europea y es la sede de la OTAN. Además, en Mons, la Alianza Atlántica también tiene uno de sus cuarteles generales. Muchos creen que precisamente estos organismos internacionales se asentaron en territorio belga para facilitar la unidad del país. Sea como fuere, dado el actual contexto mundial y la cooperación e integración que reinan en Europa, lo que está sucediendo internamente en Bélgica parece de otra época. Como en toda negociación, las partes enfrentadas deberán ceder en alguna de sus pretensiones para llegar a un acuerdo. Un buen comienzo sería que empezaran a valorar más lo que les une que lo que les separa. Ni a los belgas ni a la Unión Europea le conviene un escenario de ruptura sociopolítica en pleno corazón de Europa.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD