SIN ESPINAS
Mi opinión de la semana
Por Javier de la Rosa
1 min
Opinión18-03-2002
Otra semana de aprendizaje. Que no es poco, incluso para aquellos que todavía no se han dado cuenta de que la vida es un aprender constante. Hay muchas cosas más, dirán otros. Sí, sí. Pero aprender significa descubrir. Y descubrir, amigos, es vivir. Es mirar hacia delante, ser consecuentes con nuestra naturaleza física y espiritual, nuestra fisonomía orientada hacia el futuro (nuestros ojos miran hacia el horizonte infinito, nuestra nariz picuda corta el viento cual quilla de velero, nuestros pies lanzan su empeine hacia las puntas de los dedos, nuestros capilares irrigan hasta el último poro de la piel que nace al mundo exterior y ya infinito). Y todos al compás de la esperanza perdida sólo en lo eterno; en lo misterioso de un futuro en el que siempre volverán a cantar los pájaros... y saldrá el sol. Si Dios quiere. Críptico, ecléctico, desnudo. Se convierte este rincón de privilegios al que se acercan algunos para contemplar las reflexiones de un autor sincero. Sin astucia suficiente para esconderse a sí mismo por querer regalarle su pudor al lector. Ni gurú ni pedante, sólo intolerante... y juguetón. Ni obtuso ni profuso, tal vez difuso... o confuso. Y entre tanto alarde exuberante, ya lo sé, no hay quien me aguante. Perdonad la pluma débil, febril, entre febrero y abril. En esta semana loca, de 25 líneas, loca. Y en la que tú te acercas a mí y respiras el ímpetu de expresión de uno más. Que por la 24 ya no llega hasta el final porque no tiene más que decir.
