¿TÚ TAMBIÉN?
Responsabilidad
Por Álvaro Abellán
2 min
Opinión20-12-2010
El concepto de "responsabilidad" ha caído desde Kant en el ámbito de lo abstracto, en una especie de idea o deber que flota en el aire y al que nos agarramos muchas veces para dejar de ser responsables cuando nos toca. "No, es que yo tengo que hacer otra cosa", decimos, justo, para dejar de hacer la cosa concreta que nos interpela justo en ese momento. Pero uno no es responsable en abstracto. Sólo puede serlo en concreto. Ser responsable siempre es serlo a cada instante, en cada hora, a la escucha de lo que nos sucede -tantas veces algo imprevisible- y nos exige una respuesta concreta. Llega la Navidad. Tenemos que hacer -hipotéticamente- muchas cosas. Pero no hay que escuchar demasiado, ni a alguien muy sabio, para saber que la Navidad es la fiesta por excelencia de la familia. Lo es porque una historia nos cuenta que hace 2000 años Dios quiso hacerse niño, entrar en una familia y convertir, así, esta institución en algo sagrado. Nuestra tradición hizo festivos estos días para recordarnos justo que nuestra familia más o menos unida, grande o pequeña- es algo sagrado. Creyentes y no creyentes compartimos esa misma tradición, y en un mundo donde la convivencia familiar es cada vez más difícil, estos días queremos aprovecharlos especialmente. Hagámoslo. Eso es lo concreto que nos toca y nos sale al encuentro. Tenemos que ser capaces de vivir la habitual Navidad como si no fuera un mero hábito. Tenemos que hacerla nueva cada año. Como podamos. Con las fuerzas que tengamos. Con la familia que tengamos. Y lo haremos si dejamos escuchar en nuestro interior esa voz que llama al corazón de nuestro corazón y nos recuerda que somos quienes somos, con nuestras virtudes y limitaciones, gracias, fundamentalmente, a nuestra familia. Y la voz que habla al corazón de nuestro corazón siempre repica en son de agradecimiento. Así, nuestros regalos, serán agradecimiento y no otro hábito. Así, esta Navidad, será una Navidad nueva. Y allí donde siempre es Navidad, encontramos ese lugar donde la vida se ensancha.