ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Julian Assange tiene que pagar
Por Isaac Á. Calvo
2 min
Internacional12-12-2010
Julian Assange tiene que pagar. Esto es lo que bastante gente está pensando después de que el fundador de Wikileaks se haya convertido en uno de los hombres más relevantes del planeta al publicar documentos clasificados. Sin embargo, otras muchas personas creen que hay una campaña contra Assange y que las acusaciones de violación y acoso sexual vertidas contra él son un montaje. En cualquier caso, la Justicia de Suecia se está tomando muy en serio el asunto y hasta llegó a emitir una orden internacional de detención. Ante la perspectiva que se presentaba, Assange se ha entregado en Reino Unido. Sin duda, ponerse a disposición de las autoridades es lo mejor que ha podido hacer el fundador de Wikileaks. Todo el tiempo que pasara con una petición de arresto sobre su cabeza jugaba en su contra y no hacía más que alimentar los rumores y las especulaciones. Es cierto que, analizando fríamente la cuestión, las acusaciones no son muy sólidas, pero habrá que esperar a ver qué pruebas hay y cómo se desarrolla el proceso. Como no podía ser de otro modo, si se demuestra que es culpable deberá pagar por ello. Aunque también es normal que a gran parte de la opinión pública le resulte sospechoso lo que le está sucediendo a Assange. Evidentemente, cuando alguien desafía a EE.UU. –y más en un tema tan sensible como el militar y la lucha contra el terrorismo internacional– es comprensible que se le intenten buscar los trapos sucios para desprestigiarle. Sin embargo, los que se dedican a esta labor tendrían que perseguir a quienes han filtrado la información y no a quienes la han publicado. Al fin y al cabo, Assange y su equipo no han robado los datos. En cualquier caso, lo que está ocurriendo con Wikileaks debería tener su lado positivo y servir para depurar responsabilidades en los casos en los que se ha demostrado que las tropas internacionales cometieron excesos. Es más, dichos excesos tendrían que haber sido investigados, aunque no se hubieran dado a conocer a todo el mundo. Quien no respeta las normas, por muy importante que sea, no puede pedir que las cumplan con él.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD