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ANÁLISIS DE ECONOMÍA

Afinando las pensiones

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía12-12-2010

Creo que pocos tienen ganas de cruzar el umbral de 2011. El carácter promisorio que presentaba este año hace unos meses se esfumó en cuanto llegaron los calores del pasado verano sin que las previsiones y, más claramente aún, los datos palpables, diesen muestra de mejoría. Ahora que está ahí al lado, que casi se le puede tocar, ofrece un olor inquietante. Tanto por lo que habla como por lo que calla. Por lo que habla, ya en enero nos ofrece la tan temida reforma de las pensiones. De todos modos, no sé por qué tenemos tanto miedo a lo que nos va a ocurrir dentro de 40 años. Me refiero al sentido individual: ¿por qué cuando apenas hemos empezado a trabajar, y algunos ni eso, nos estamos preocupando de si nos vamos a jubilar con 65 ó 67? Con lo larga que es la vida y la de piedras, vericuetos y sorpresas que nos reserva en el camino. Con todo, la reforma es necesaria. Y no debería solo centrarse en los dos años de la discordia, sino que debería ir al corazón del mercado de trabajo para que sea capaz de sustentar a la gran cantidad de jubilados que seremos en el futuro. También habría que incentivar la natalidad, y no únicamente con chequés-bebé y medidas populistas -que las hay, y del más variado pelaje en todas las administraciones-, sino con ideas que favorecieran la conciliación, y que todas las empresas tendrían que aplicar por ley y en plano de igualdad para hombres y para mujeres. Lo que calla 2011 tiene un cariz más inquietante: esta vez nos habrá planes E, ni subvenciones para comprar coches, ni ayudas de 426 euros, ni… Es decir, que nos van a quitar la red. Y a partir de ese momento solo sobrevivirán los verdaderos equilibristas.

Fotografía de Gema Diego