ROJO SOBRE GRIS
Mi fuerza, mi indefensión
Por Amalia Casado
2 min
Opinión25-10-2010
os lo imaginamos desordenados, caóticos, impulsivos; guiados por la fuerza de las pasiones; sin horarios, en una eterna deuda con la noche y sus musas. Pero él se dedica a su arte con la misma disciplina con la que se dedicaba al ciclismo o con la que estudió su carrera de fisioterapia. Me refiero a Rafa Macarrón, galardonado esta semana con el prestigioso premio BMV de pintura por su obra Los tres mosquiteros. Llegará a estar entre los grandes, y no me cabe duda alguna, pero él es un hombre pequeño, tan maravillosa y sorprendentemente pequeño que cuando hablas con él las cosas brillan con su luz propia sin rastro de esa sombra turbia que proyectan los grandes egos; es como estar con un niño: todo es claro y sencillo, y puedes ser como eres. "Cuando los niños pintan, y dibujan a un hombrecillo en la parte de arriba de un folio, como colgado del cielo, queda bien. Haga lo que haga un niño, siempre le queda bien", me decía. Su pintura es así, un mundo de espontaneidad lleno de luz y colorido. Sus personajes son así: sencillamente ellos. Ante el lienzo en blanco, Rafa dice sentirse "indefenso", y probablemente no haya vacuna que inmunice con más eficacia contra la altivez y la autosuficiencia que esa fascinante y sencilla aceptación de la realidad. Paradójico, pero ya lo decía San Francisco de Asís: "¿Quieres ser grande? Comienza por hacerte pequeño". Cuatro años en ascenso meteórico; exposiciones, premios, ferias... Macarrón vende a lo largo y ancho del mundo cada nueva creación de esa obra distinguible y propia, nueva y única, pero sigue sintiendo la misma indefensión ante un lienzo en blanco. Podría combatirla y crearse corazas; inventarse a sí mismo y dotarse de una falsa seguridad. Pero no: ante la indefensión, él se asombra con ese maravillarse único que nos hace capaces de ver lo invisible y sabernos necesitados de algo: de Alguien. Rojo sobre gris a Rafa Macarrón, por ayudarnos a ver el mundo con los ojos de un niño que no tiene miedo de ser pequeño; por volver a descubrirme que nuestra indefensión es nuestra fuerza y nuestra luz.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo