ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Primera toma de contacto con los problemas reales
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional13-06-2010
David Cameron lleva varias semanas ejerciendo de primer ministro de Reino Unido y está empezando a sentir en primera persona la responsabilidad del cargo que ocupa. Hace unos días tuvo que reconocer que la economía británica estaba mucho peor de lo que había dicho se antecesor Gordon Brown y que había que apretarse aún más el cinturón, con lo que eso significa. Ahora, ha visto modificada la agenda de su visita sorpresa a Afganistán porque había riesgo de un atentado contra él. La visita fue sorpresa y relámpago. Cameron se entrevistó con el presidente afgano, Hamid Karzai, pero no pudo reunirse con las tropas británicas desplegadas allí pese a que tenía intención de hacerlo. El motivo fue que los servicios de inteligencia interceptaron llamadas entre talibanes en las que se hablada del derribo inminente de un helicóptero. El primer ministro prefirió no arriesgarse y cancelar la cita, no sin antes dejar claro que iba a destinar más dinero a los soldados británicos de Afganistán pero sin incrementar el número de éstos. Los talibanes han dicho públicamente que querían atentar contra Cameron y que ya tenían todo preparado para hacerlo. No se sabe si realmente es así o han aprovechado las circunstancias, como otras veces han hecho, para apuntarse el tanto y darse publicidad. En cualquier caso, lo que sí es una realidad es que la situación en Afganistán se ha complicado mucho. Después de años de estar en un segundo plano por la guerra de Iraq y de relativa estabilidad, la cuestión afgana ha empeorado y los talibanes están recuperando terreno, autoridad e influencia. La violencia y los atentados son cada vez más frecuentes y los miles de soldados internacionales allí presentes parecen no saber cómo reconducir la situación. La democratización y reconstrucción del país ha avanzado desde la intervención militar realizada por Estados Unidos y sus aliados tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, da la sensación de que se está menospreciando lo conseguido hasta ahora y el riesgo que supone el avance talibán. Nadie dice que la situación en territorio afgano sea sencilla, pero es necesario que la comunidad internacional se replantee, cuanto antes, la estrategia que allí desarrolla. De lo contrario, se tirarán por la borda los éxitos logrados y el hastío y el desánimo llegará a las tropas internacionales. Y esto será el comienzo de la derrota.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD