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SIN CONCESIONES

¿Y si el Rey abdica?

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión28-12-2009

Tengo la sensación de que a don Juan Carlos le queda poco de reinado. El motivo no son los recientes referendos celebrados en Cataluña, pues resultaron un estrepitoso fracaso. Tampoco son los partidos republicanos, venidos a menos en las últimas elecciones generales. Ni siquiera el Gobierno tiene culpa en esto, por mucho que impida al monarca intervenir en la resolución de un conflicto diplomático como la huelga de hambre de la saharaui Aminatu Haidar. Creo que el propio Rey de España quiere poner fin a su mandato más o menos pronto para ceder la Corona a su hijo Felipe. El Príncipe de Asturias es un JASP sobradamente preparado para asumir la Jefatura del Estado. Por muy joven que parezca todavía, a sus casi 42 años está en el mejor momento de su vida para tomar el relevo y consolidar la Monarquía. Basta recordar que su padre asumió esa misma tarea en un momento mucho más difícil para la historia de España con apenas 37 años. Don Juan Carlos sancionó la Constitución a los 40 y con 43 detuvo el golpe de Estado que, de no ser por su intervención, hubiera truncado nuestra democracia. El Rey está seriamente preocupado por el futuro de España. Su discurso de Nochebuena lo ha dejado bien claro. Con cuatro millones de personas sin empleo, su principal alegato ha ido dirigido hacia la unidad del país y los intentos por fracturar la convivencia. Puede parecer una irresponsabilidad, pero el sistema democrático y la propia Constitución española de 1978 están por encima de la crisis económica, por muy dura que ésta sea. Sin cohesión y sin un proyecto común, España regresaría a tiempos casi olvidados de no ser por los constantes intentos de algunos por reabrir viejas heridas. Es una pena que aún haya gente que intente ganar la guerra que perdieron sus abuelos. Es una batalla absurda que únicamente lleva a resquebrajar la concordia que tantas décadas costó recuperar. Don Juan Carlos, que nació en el exilio y aprendió de su padre el sacrificio por la patria, lo sabe mejor que nadie. Quizá de ahí viene su inquietud. Los más próximos al Rey dicen que nunca abdicará, a pesar de que su padre sí cedió en él sus derechos monárquicos. Últimamente, don Juan Carlos y el príncipe Felipe están más unidos que nunca, trabajan de la mano e incluso asisten juntos a actos oficiales como la IV Conferencia de Presidentes. El heredero está acaparando cada vez más protagonismo y su poder en La Zarzuela crece día a día. Parece que todo se está amoldando para su acceso al trono real. No sabemos cuándo llegará ese momento pero, hasta entonces, el Rey sigue dando ejemplo de generosidad, de lealtad al país y de cercanía al pueblo. De sobra es conocido que La Moncloa revisa y corrige sus discursos antes de pronunciarlos. Pero el contenido de fondo de su intervención en Nochebuena denota que don Juan Carlos habla con sinceridad y sin importarle las directrices políticas que le mandan los distintos gobiernos. Si a estas alturas apela a la unidad de España, es sin duda porque percibe alguna amenaza de ruptura. Mientras la vida le dé salud, se muestra dispuesto a hacerle frente. Es propio de un monarca que pasará a la historia como uno de los mejores por su prudencia, cercanía a la calle y determinación en los momentos adversos. Si algún día abdica en favor de su hijo, no será por miedo ni presión popular. Lo hará por generosidad hacia su hijo, como honra a su padre y siempre por el bien del país.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito