ANÁLISIS DE ECONOMÍA
Sin la red del BCE; con la de Brown
Por Gema Diego2 min
Economía07-11-2009
Algo tienen que estar viendo, o mucho se están equivocando, organismos internacionales como el Banco Central Europeo y la Reserva Federal estadounidense, que han anunciado la retirada de las medidas anticrisis de urgencia. En el caso del BCE, se acabaron las inyecciones de liquidez: el sistema y los bancos tendrán que apañárselas solos a partir de ahora. Ojalá que éstos no lo usen como pretexto para arañar aún más los bolsillos de los clientes, endureciendo la concesión de préstamos y rebajando hasta la extenuación la remuneración de los depósitos. Mientras, el G-20 va por otro lado: ha prometido el mantenimiento de los estímulos económicos hasta la salida total de la crisis. En esta línea se sitúa el segundo Plan E del Gobierno español, la prórroga del Plan 200E, el tiro de gracia a la ley Beckham y las subvenciones a administraciones autonómicas; pero también está el aumento del tipo del IVA para poder conservar este tren de proliferación de ayudas. Desconozco si todas estas ideas serán suficientes para impulsar la reconstrucción económica. Pero me gusta especialmente una iniciativa planteada por Gordon Brown en la última reunión del G-20 que, esta vez sí, dispara directa al corazón del problema: el establecimiento de una tasa para gravar las transacciones financieras internacionales. Medidas como ésta sí que podrían frenar el crecimiento de la especulación que nos ha explotado como una burbuja, y también reflejan que algo se ha aprendido después de pasarlas canutas. Lo peor es que ya ha habido unos cuantos que se le han echado al cuello, incluidos Estados Unidos y el FMI. Dudo de que tengan los suficientes arrestos para poner esta idea en marcha. Si los gerifaltes mundiales se decidieran, por fin, a meter mano a este sistema de creación de ricos temerarios y pobres de solemnidad, ahora lo que hace falta es que nuestro Gobierno se lance a acabar con el altísimo paro que nos aqueja. O, mejor, que lo hagan la patronal y los sindicatos, pero con seriedad y dejando de lado intereses semipolíticos y victimistas. O, mejor todavía, que lo hagan entre todos y dejemos de ver espectáculos lamentables en los que unos son incapaces y los otros no son capaces ni de poner orden dentro de su propia casa. Nos gustan redes como la que ha propuesto Brown para que eviten la caída en otra crisis. Lo demás son redes rotas o de mentira.