¿TÚ TAMBIÉN?
Educación sexual
Por Álvaro Abellán
3 min
Opinión31-08-2009
Algunas noticias hablan por sí mismas. El hecho de que se silencien, también. Les propongo algo: daré una serie de datos sobre una información que nos afecta a todos -como si fuera una noticia más- y luego pregúntense cómo es posible que nadie es haya preguntado sobre el tema y que ningún medio de comunicación les haya informado de esto (para ser sincero, yo he encontrado una referencia en NoticiasGlobales.org). Vamos con ello. La Unesco ha publicado en junio las Directrices internacionales para la educación sexual a partir de los documentos elaborados el febrero pasado en Melo Park (EE UU). Entre otras agencias implicadas en este proyecto, aparecen la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unesco y Unicef. El documento se encuadra en el proyecto de la ONU conocido como Los objetivos del Milenio para el desarrollo, en concreto, en las líneas de trabajo de la lucha contra el Sida. Lamentablemente, los contenidos del documento no están publicados en Internet, para el debate público, pues el paper que iba a ser presentado en breve ha sido retirado de Internet (¿debido a la polémica?) y la UNESCO promete pronto una nueva versión. No obstante, podemos ofrecer algunas claves presentes en la publicación completa: el documento divide a los menores por edades. Para educar al primer grupo, que encuadra a los chicos entre cinco y ocho años, se recomienda la mentalización sobre los temas de masturbación y de roles de género (heterosexual, homosexual, etc.) para que los chicos reflexionen sobre su identidad sexual. Entre los nueve y los 12 años, los chicos deberían ser instruidos sobre los efectos de los afrodisiacos y deberán aprender a combatir la homofobia, la transfobia y la violencia de género. Entre los 12 y los 15 deberán reflexionar sobre el aborto y las razones que pueden justificar dicha decisión. Seríamos injustos si no dijéramos que el documento condena una serie de cuestiones que, sin embargo, no les parecerán tan noticiosas -por obvias-: la mutilación genital femenina, el riesgo de concertar matrimonios a edades demasiado tempranas, etc. El documento es consultivo y de aplicación voluntaria. Pero tanto la Unesco como los autores del mismo consideran que debería ser de aplicación global y con un único enfoque, aunque entienden que algunos temas son más propios de unos ámbitos culturales que de otros. Hasta ahí, la noticia. Permítanme una reflexión: la Unesco, Unicef y demás organismos de la ONU que gozan de un prestigio exagerado, deberían replantearse sus fundamentos de raíz. En primer lugar, porque su estructura tenía algún sentido al final de la II Guerra Mundial y en plena guerra fría, pero hoy son organizaciones obsoletas, con presupuestos estratosféricos que pagamos todos, con un funcionariado que no nos representa y con unas pretensiones, bajo el prestigio de la salvaguarda de los derechos humanos, que parecen totalitarias, como es la imposición de un modelo cultural y de valores único pensado por científicos y políticos que no nos representan. Cualquier estructura política -y más cuanto más grande sea- debería, en primer lugar, velar por la subsidiariedad -es decir, porque las estructuras inferiores sean capaces de decidir y organizarse por sí mismas y en beneficio de las personas-. Sólo cuando la política cuente con las personas, y no diseñe desde arriba, podremos volver a decir de ella que es fuente de vida y desarrollo humano. Sólo una política cuyo agente fundamental sea el diálogo entre personas, podremos edificar, juntos, ese lugar donde la vida se ensancha.