ROJO SOBRE GRIS
Hechos de promesas
Por Amalia Casado
2 min
Opinión30-08-2009
El final de las vacaciones me ha sorprendido con una comedia romántica. Regresaba de Burgos a Madrid en el autobús. La película se titula Hitch y podría no tener nada de particular salvo hacernos pasar un rato agradable, pero de entre todas las frases bonitas y a veces un tanto tópicas se me ha quedado merodeando en la cabeza una escena. Dos amigos juegan al billar, y uno le dice al otro algo así: “Juegas pensando sólo en el movimiento siguiente, pero no piensas en el final de la partida. Juegas mirando sólo el corto plazo”. Dentro de poco se casará mi hermana y yo celebraré mi segundo aniversario de boda. Me fijo mucho últimamente en los matrimonios que llevan años y años unidos, y al escuchar la frase en la película me ha venido a la cabeza una palabra: promesa. Las definiciones de la Real Academia de la Lengua son una maravilla que darían para horas de reflexión. A mí me han surgido preguntas: ¿Cómo puedo prometer hoy algo para mañana? ¿Puede el hombre ser fiel y leal a la palabra dada cuando quizás jamás imaginó las dificultades que le sobrevendrían? ¿Puede la fidelidad a una promesa perder el alma para convertirse en cumplimiento frío y severo un compromiso adquirido? ¿Cómo es posible en la partida que es la vida hacer promesas para siempre si no podemos calcular ni siquiera la siguiente jugada con precisión? ¿Para qué nos sirven las promesas? Como dice un amigo mío, la cuestión no es un “temita” más para charlar sobre él tomando unas copas, aunque no estaría de más que “se llevaran de copas” estas cuestiones con más frecuencia, como suele decir otro gran amigo. La realidad es que nos va la vida en ello, porque puedo confiar o ser desconfiado en función de si me creo y creo capaces a los demás de cumplir promesas o no. Desde la política hasta la educación, la economía y nuestra propia vida serán de una manera o de otra en función de si es posible o no la promesa. Comienza una nueva etapa en LaSemana.es. Para mí es el fruto de una promesa hecha con el compromiso, la fidelidad, y el trabajo en los momentos fáciles y difíciles de todas las personas que han pasado por aquí y de las que aquí seguimos. Sólo es posible hacer realidad un proyecto como éste y tantos otros si las personas somos capaces de prometer, de ser leales y de confiar. Igual que LaSemana.es, cada una de nuestras vidas es el resultado de las promesas que cumplimos y de las que otros cumplieron para nosotros. Rojo sobre gris, una año más, a nuestro querido director Pablo A. Iglesias. Y con él, a todos los matrimonios que llegan a la meta pudiendo decir: misión cumplida.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo