CASO GÜRTEL
Bárcenas no abandonará su cargo hasta que no decida el Tribunal Supremo
Por Esteban del Pozo2 min
España08-07-2009
La política oficial del partido es cerrar filas en torno a sus principales dirigentes salpicados por la trama. No obstante, si ya se escucharon las primeras declaraciones de miembros del PP que cuestionaban la continuidad del tesorero nacional y senador del partido, Luis Bárcenas, imputado por el Tribunal Supremo, ahora los rumores sobre su posible dimisión han crecido considerablemente. Pero de momento habrá que esperar. La decisión de mantenerlo o forzar su salida dependerá de lo que decida el alto tribunal sobre su relación con el caso Gurtel.
Desde el inicio de la causa se especuló con la posibilidad de que se estuviera ante una situación de financiación ilegal del PP. Para que esto fuera así, el que el tesorero del partido estuviera implicado era una pieza clave. Hasta el momento este hecho es algo que la Justicia ha desestimado por que la sombra de la sospecha que se cierne sobre Luis Bárcenas tan solo tiene la forma de cohecho y fraude fiscal. A lo largo de toda la investigación son varios los componentes de la formación, liderada por Mariano Rajoy, que se han visto implicados en esta trama de corrupción. Cuando el Tribunal Superior de Justicia de Madrid imputaba a un miembro del PP, este era forzado a dejar el cargo y a retirarse de la vida pública. Esta ha sido la nota predominante en el actuar de los principales líderes del PP. Pero también han existido excepciones que mucho han tenido que ver con el cargo que ocupan en la política nacional y dentro de la formación. Francisco Camps, Bárcenas o el diputado Jesús Merino son los principales ejemplos. El primero es presidente del partido en Valencia y presidente del Gobierno de la Comunidad Valenciana y el segundo es senador, eurodiputado y tesorero del partido, pieza fundamental en caso de una posible financiación ilegal. Esta es la razón fundamental, además de la amistad que le une a Rajoy y la confianza que despierta en la dirección del partido, por la que Mariano Rajoy se resiste a no forzar a dimitir a Bárcenas hasta que la justicia no se pronuncie de manera definitiva. Después de que la Audiencia Nacional comenzara la instrucción del caso, éste pasó a manos de los Tribunales Superiores de Justicia de Madrid y de Valencia por la ausencia de aforados nacionales, es decir, de la presencia de senadores, diputados o eurodiputados. Esto significaba la absolución de personas como Luis Bárcenas y la tranquilidad del presidente del PP. Pero esta situación se rompió cuando el juez instructor del Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidió llevar al Tribunal Supremo a Bárcenas y a Merino por su condición de aforado. A partir de aquí la sombra de la dimisión del tesorero del PP se agrandó y llegaron las primeras críticas sobre la decisión de mantener a Bárcenas en el puesto. El primero fue el diputado Martínez Pujalte que pidió a Bárcenas que reflexionara sobre su postura y luego fue el director de Comunicación, González Pons, el que afirmó que ese pensamiento era compartido por muchos dentro del PP. En este escenario, la presión sobre Rajoy ha ido creciendo tanto pública como internamente y puede cambiar de opinión. Todo dependerá si el Supremo pide o no el suplicatorio, es decir, la autorización para investigarle por ser sospechoso de delitos de cohecho y fraude fiscal.