ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Terapia contra la crisis
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad05-07-2009
Antes del verano me encargaron uno de esos libros de Jorge Bucay que ayuda a la gente a salir de los pozos, en plan san Isidro, pero en psicológico y laico. A juzgar de sus letras, parece que el escritor en cuestión no es digno merecedor del Nobel de Literatura, pero eso es lo de menos. Ya se sabe que Dios escribe derecho sobre renglones torcidos y el Bucay pone las palabras para que le entiendan quienes deben entender, las almas angustiadas. Las almas angustiadas están al alza. Cada vez los pozos son más grandes, más oscuros y más hondos. Y encima llega septiembre, con la vuelta al cole y los cientos de euros que vale llevar al niño a que aprenda. Lo de aprender es un decir, claro, que luego la realidad da cada bofetada... Esta crisis de los demonios que llega a mucha, a muchísima, gente que antes no se ha visto en otra, está provocando otras catástrofes que traspasan los ámbitos macroeconómicos para inmiscuirse en lo más doméstico, en las riñas en casa, en la angustia por quedarse sin ella, en el agobio por no llegar a fin de mes y tener que ir a Cáritas a pedir comida y lapiceros para el niño. El Bucay en cuestión dice que las grandes soluciones a los problemas comienzan en uno mismo. El mensaje es para pensárselo dos veces. Lo desesperante es que hay quien lleva meses buscando esa gran oportunidad que la sabiduría popular afirma que surge en los peores momentos. Y ni por esas llegan los 420 euros. Ni que fueran la Tierra Prometida... La buscan -la oportunidad, decíamos- y no la encuentran. Y siguen el descenso en picado. Quizás es que no se ha buscado bien. Posiblemente es que lo peor está por llegar y, para entonces, cuando toquemos con las manos el fondo del pozo, sea un poco tarde toparse con la oportunidad y estar en condiciones para aprovecharla. Claro, que Bucay y compañía ya la han encontrado vendiendo libros de terapia contra la desesperanza del alma. Al fin y al cabo, terapias contra la crisis en edición de bolsillo, que es más barata.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo