ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
La reiteración de Corea del Norte
Por Isaac Á. Calvo2 min
Internacional30-05-2009
Corea del Norte sabe perfectamente lo que tiene que hacer cuando quiere conseguir algo o, simplemente, ser noticia: apelar a su capacidad nuclear. Así ocurrió la semana pasada. El régimen de Kim Jong-il hizo su segunda gran prueba nuclear y volvió a desafiar a la Comunidad Internacional. El test atómico se produjo bajo tierra y fue calificado como todo un éxito por parte de las autoridades. Por si no había sido suficiente, cuando todos los ojos del mundo estaban puestos sobre el país comunista, el Gobierno norcoreano lanzó varios misiles de corto alcance y amenazó con operaciones bélicas si recibía sanciones. Unas sanciones que acabarán por llegar pero que visto lo visto no parecen ser muy disuasorias a tenor de lo ocurrido. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó el ensayo nuclear y constató que se había violado la resolución que pedía a Corea del Norte acabar con su desarrollo atómico. Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han pedido que se dé una respuesta rápida pero no concretan cómo ha de ser ésta. Algo que no es de extrañar, dada la complejidad de la cuestión, el potencial militar norcoreano y la imprevisibilidad de Kim Jong-il. Por tanto, tiene pinta de que este caso se va a solucionar como hasta ahora. No es la primera vez que Kim utiliza las amenazas y la presión para lograr ayudas a cambio de cesar en su actitud. Tensa la cuerda muchas veces, demasiado hasta que consigue la solidaridad internacional y un considerable protagonismo. Todo ello con el objetivo de perpetuarse al frente de un hermético régimen comunista creado por su padre, Kim Il-sung, y que heredó en 1994. Mientras Kim Jong-il se aferra al poder, la población norcoreana sufre las consecuencias de una férrea dictadura y vive en unas condiciones que rozan la extrema pobreza. De momento, a Kim le han funcionado sus tretas y la Comunidad Internacional parece que va a volver a capear el temporal sin ir más allá. Es posible que muchos estén ya resignados a no poder hacer mucho más hasta que muera el líder norcoreano. En ese momento, habrá que ver qué pasos da Corea del Norte, quién asume el poder y si hay, o no, apertura al exterior y transición democrática.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD