ECUADOR
Ecuador, el camino del socialismo del siglo XXI
Por Miguel Martorell2 min
Internacional28-04-2009
Tras la aplastante victoria en las urnas, Rafael Correa ha prometido que su proyecto de un socialismo del siglo XXI seguirá adelante. Sin cambios, pero profundizando en esa línea abierta con la reforma de la Carta Magna promulgada por su Gobierno y en las reformas de corte social realizadas desde que llegara al poder en 2007.
"Se comieron entre ellos". Así resumía en unas declaraciones a los medios en Quito su victoria electoral Rafael Correa, aupado por el 56 por ciento de los votos frente a la oposición. De hecho, ni él mismo pasó por alto el logro que supone haber vencido en la primera vuelta electoral, siendo el primer dirigente que lo logra desde la restauración democrática de 1979. Correa ha prometido diálogo con todos aquellos que "quieran aportar al proyecto político" que él mismo dirige y que ha bautizado como “socialismo del siglo XXI” y ha reiterado su intención de mantener una política exterior "libre, independiente, sin colonialismos". Es esta política internacional la que le ha llevado a establecer relaciones con Irán o China, aunque sin perder de vista a Estados Unidos, su principal socio comercial. En la política interna, su discurso, como el de todos los dirigentes mundiales, no ha podido evitar la crisis económica internacional. El presidente ha apostado por crear una nueva estructura financiera en Latinoamérica que contribuya a la integración de los países del continente y que se construya en la unión y no en la competencia de dichos estados. En cualquier caso, Correa, economista de carrera, sostiene que "lo peor" de la crisis ya ha pasado y cree que "2010 será un gran año" para Ecuador. Fiel a su creencia de que la respuesta a la crisis se halla fuera del sistema capitalista, Correa quiere continuar en su política de atacar las desigualdades económicas en Ecuador, promoviendo la inversión social en el país y el fortalecimiento del Estado, a través, por ejemplo, del refuerzo de la educación pública y elevando el gasto público. "Podemos hoy avanzar con mayor fortaleza y legitimidad", sostiene Correa, que deberá afrontar la reducción de los ingresos por petróleo y por las remesas de ecuatorianos en el exterior en medio de una creciente inflación y de unos niveles de paro del nueve por ciento. Para los expertos, será el reto económico el que decida la continuidad o no del presidente ecuatoriano.