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YAK 42

Las familias denuncian el “machaque psicológico” sufrido tras el accidente

Por Carmen RodrigoTiempo de lectura2 min
España27-03-2009

Las familias de los miembros del ejército que fallecieron en el accidente del avión Yak 42 el 26 de mayo del 2003 recuerdan el calvario de esos días. Algunos familiares participan como testigos en el juicio por las identificaciones erróneas. Denunciaron ante la Audiencia Nacional la forma en que los miembros del Ministerio de Defensa les trataron por dudar de la identidad de los cuerpos que les entregaron.

"¿Cómo se atreven a maltratar psicológicamente a una viuda, en qué país estamos, Dios?" Así expresaba su dolor Rosario Benítez Maudes, esposa del comandante veterinario José Antonio Fernández Martínez. Esta pregunta vino tras la explicación de la entrevista que mantuvo con el principal acusado, el general Vicente Navarro, un mes después del accidente. Éste le dijo que pudo identificar “perfectamente” a las víctimas porque entre ellas “no había calcinados”. Rosario Benítez es una de los testigos que recuerdan ante el juez Gómez Bermúdez lo vivido aquellos días de mayo del 2003. Los testimonios, todos diversos, coinciden en un aspecto: en la mala praxis por parte del Ministerio de Defensa de entonces dirigido por Federico Trillo. Y es que la identificación errónea tuvo diversas consecuencias para las familias. Teresa Jiménez Cabello, esposa del brigada Juan Carlos Jiménez Sánchez, denunció el “machaque psicológico y maltrato a los familiares y a los propios muertos” que sufrieron durante los meses después de la catástrofe. El error de identificación hizo que los restos de su marido llegaran a otra familia que lo incineraron. Ella calificó esto como un “golpe” para su familia, pues no querían que fuera incinerado. Carlos Ripollés fue el primer presidente de la Asociación de Familias Afectadas por la Catástrofe del Yak-42. En su declaración afirmó que se trató a las víctimas “como a perros” e incluso quisieron enterrarlas “de noche, como si fuesen terroristas”. Hermano del comandante José Manuel Ripollés, aseguró que el Ministerio de Defensa no les dio ninguna documentación y que lo único que recibieron fue “una caja con una chapa y nada más”. Recibieron amenazas Amparo Gil, madre del sargento Francisco Cardona, denunció que el coronel de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) les dirigió “amenazas” para que no dijeran “nada de lo que se pudieran arrepentir algún día”, y les impidió ver el cuerpo de su hijo alegando que estaba “prohibido abrir los féretros”. Además, en noviembre del 2003 Vicente Navarro les confirmó que había visto el cuerpo de su hijo. Gil le preguntó si tenía cicatrices y les contestó que el cuerpo estaba “limpio”. “Nuestro hijo tenía cicatrices, así que le dijimos: Vámonos de aquí porque nos están mintiendo”, declaró. El avión ucraniano Yakolev 42 se estrelló en Turquía cuando se dirigía a España con 62 militares tras cumplir 4 meses de misión humanitaria en Afganistán. El accidente se produjo cuando el piloto intentaba realizar una maniobra de aterrizaje para repostar, después de dos aproximaciones fallidas. El mal tiempo y un error de la tripulación se apuntaron como posibles errores. El mal estado de esa aeronave como el de otras utilizadas por el ejército español aumentaron la polémica. El funeral se celebró dos días después, el 28 de mayo, en la base de Torrejón de Ardoz. Treinta de los 62 militares fallecidos fueron entregados a las familias sin identificar.

Fotografía de Carmen Rodrigo