ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Aitana
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad22-03-2009
Posiblemente se llame Aitana, como la niña del anuncio de Coca-Cola. ¡Lo que puede la publicidad! Cuando Alberti regaló ese nombre a su hija fue, simplemente, para recordar siempre la sierra levantina que se denomina así. La Aitana que nos ocupa llegará en verano, que es para cuando sus padres la esperan. La esperan para quererla más de lo que la quieren ahora, para verla crecer, para educarla, para verse realizados en ella. Si todo eso es lo que la pronostican y no la conocen ¿qué dejarán para entonces? No la han podido tocar, no la han mirado a los ojos, pero la quieren y la han mimado desde siempre sin saber si sería niña o niño, sin ponerse de acuerdo aún en cómo se llamaría. La quieren desde que era una masa en forma de "judía" apenas irreconocible. Desde que no pudieron callar entre familiares y amigos el gran secreto. Desde que vieron por primera vez su imagen en la ecografía ya la consideraban hija suya. O quizás fue mucho antes... Esta Aitana también, com la del anuncio, será una "suertuda", como diría el coprotagonista del spot, Josep Mascaró. Resulta curioso cómo -"para vender"- una de las mayores multinacionales del mundo nos toca la fibra sensible con la historia de un encuentro entre Josep, de 102 años, y Aitana, de apenas unos minutos. Dos historias reales de seres humanos que no interpretan. Sólo se muestran tal como son. Entonces ¿a qué se debe tanto éxito y tanta repercusión? ¿Que llega al corazón? Quizás la respuesta esté en la propia publicidad. Es más, la solución posiblemente no sólo esté en si se incrementará el volumen de ventas de la bebida refrescante en estos tiempos de crisis. El protagonista lo dice bien claro. Josep dice ser un suertudo, en primer lugar, "por haber nacido". Aitana tendrá la suerte de hacerlo el próximo mes de julio.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo